Los dedos temblorosos de Ukyo bailaban por la encimera, incapaces de encontrar calma en su regazo después de limpiar las máquinas por tercera vez en la tarde; cuarta, si no hubiera visto que el reloj estaba a punto de marcar las cinco.
Faltando pocos minutos para que el cliente habitual de esa hora hiciera acto de presencia, se armó con todos los medios de precavida: despejó el botón de emergencia para llamar a los NIRA, colocó en la pantalla principal el número de su jefa listo para marcarse y, quizás el artículo que denotaba su paranoia, se aseguró de que el collar obsequiado por Gen estuviera en su sitio.
Como extra para relajar sus nervios reprodujo música ambiental, esta vez trayendo la playa a Deneb para opacar por un momento el ruido de la avenida, pero ni eso sirvió contra el alfa que entró sonriéndole de oreja a oreja. Dando una última inhalación profunda, Ukyo se adentró en su papel y le correspondió el saludo silencioso con un asentimiento.
— Bienvenido, ¿qué desea ordenar?
— ¡Jaja! ¿hasta cuándo seguirás diciendo el mismo diálogo, Ukyo? He estado viniendo por un mes ininterrumpido, ¿no puedes hablarme informal? —el omega soltó el aire y se deshizo de la máscara profesional que duró apenas diez segundos.
— Lo siento Ryusui, pero estoy en horas laborales...
— Entonces si no lo estuvieras, ¿me tratarías como a un conocido?
— No lo sé, ¿te conozco de verdad? —se preguntó en voz alta.
— Me llamas por mi nombre, diría que es un gran avance considerando el tiempo que te costó decirlo —devolvió guiñándole el ojo.
No fue sarcasmo ni exageración, era cierto que llevaba apenas unos cuantos días y aún no se acostumbraba a la sensación en la lengua que le generaba pronunciarlo. Por otra parte, en cuanto al escenario hipotético que le planteó e hizo eco en su cabeza Ukyo se puso a pensar en si, por alguna razón, se toparan fuera del establecimiento con Ryusui cómo lo trataría. ¿Correspondería siquiera su saludo? Posiblemente no, pues antes de eso lo evitaría a toda costa.
— Ah... ¿Será lo mismo de siempre? —preguntó su orden luego de emitir un pesado suspiro.
— Por favor.
— ¿Deseas algo más?
— A ti —sonrió y Ukyo alzó la vista de la pantalla.
— ¿Eh?
— Te deseo a ti.
— C-creo que no estoy escuchando bien... —balbuceó sintiendo el calor inundar su rostro y se limpió el oído.
— ¡Jaja! Escuchas perfectamente —corroboró chasqueando los dedos—, quiero decir que deseo contar con tu presencia unos minutos, necesito hablar contigo sobre... Eso.
Imitó a Ryusui cuando éste señaló en su propio cuello el collar, o más bien, la piel debajo donde inyectaban el inhibidor. Al captar la idea, sintió el alma regresar a su cuerpo y cómo el alivio reemplazaba momentáneamente la intranquilidad para luego convertirse en irritación, pues era obvio que utilizó doble sentido para avergonzarlo. Al menos la convivencia continua con Gen y ser sujeto de sus bromas por un año en Vega sirvió para identificar ese tipo de juegos, más no para acostumbrarse al parecer.
— Mi turno acaba en media hora.
— No hay problema, te esperaré hasta que termines.
— Pero también necesito avisarle a Hyoga, no creo que pueda venir tan rápido. ¿Podemos dejarlo para otro día-
— Hum, ¿de verdad le interesa? —preguntó retóricamente mirando el piso haciendo que Ukyo se tensara cuando alzó la vista—. Si quieres llamarle, adelante, pero no creo que le agrade venir si me tomará menos de diez minutos explicar de qué se trata.
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Al cruzar la Vía Láctea/SenGen AU Omegaverse
FanfictionVolviéndose tradición que las fronteras entre Vega y Altair se borren la séptima noche del séptimo mes, omegas y alfas se reúnen como cada año a encarnar la leyenda de Orihime y Hikoboshi durante la celebración del Tanabata con el propósito de encon...