Capítulo 34

6.3K 448 33
                                    

-Parte 1-

"Tengo un rasgo de esquizofrenia". Habló sin saber bajo la nefasta luz de su habitación. El malestar de su alma estaba demasiado expuesta como para no notarlo. "Tengo un rasgo de esquizofrenia", repitió.

La otra persona de la habitación acercó su cabeza al pecho de ésta. Colocó su cabeza bajo la barbilla de la mayor, poniéndose cómoda. Sintió que un par de manos le acercaban instintivamente la cintura. Incluso en su inquietud, no dejaba de mostrar su lado conservador.

"Si resulta incurable, ¿me seguirás queriendo?"

La esquizofrenia era incurable. Los fármacos controlaban los síntomas, pero no había forma de que la psique dañada se curara perfectamente. El hecho de que su padre de sangre fuera diagnosticado con esquizofrenia significaba que ella había heredado al menos un 10% de posibilidades de padecer el mismo trastorno.

"Estás saludable".

"¿Durante cuánto tiempo?" Deslizó la mano por debajo de la camisa de ésta mientras acariciaba la suave piel bajo las yemas de sus dedos.

"¿Por qué hablamos como si fueras a cambiar mañana?" Dahyun dejó escapar un leve suspiro mientras se estremecía ante el tacto de Sana.

"Nunca sabemos lo que nos depara el futuro". Sana aspiró el olor del champú de su novia.

"No digas eso". Dahyun capturó los labios de Sana a cámara lenta, recorriendo cada centímetro. Su mente estaba vacía. Su cerebro se activaba espontáneamente cada vez que su piel entraba en contacto.

La falta de respuesta hizo que Sana no supiera dónde se encontraban ahora.

Cuando hicieron el amor esa noche, no sintió la misma tranquilidad que solía experimentar.

Como si se hubiera acabado. 


----------

Los sofás sólo estaban a un metro de distancia de los demás, pero la fría y larga distancia entre dos personas rotas era claramente visible. Su respiración agitada de tanto gritar dejaba el aura de la miseria en la habitación.

Una de ellas se secó las lágrimas que le salían por el rabillo del ojo. La otra miraba con rabia el aparato blanco aplastado que yacía sin vida en el suelo. Su pantalla se hizo pedazos.

Sabía que algo estaba mal. Sabía que la persona a la que amaba no era la misma que conoció. La gente cambiaba todo el tiempo, sólo que ella no podía creer que tuviera que ser la peor forma de cambio.

"Jisoo-ah", su voz se quebró, estaba temblando en su asiento.

"Voy a indemnizar tu teléfono". Jisoo se levantó y se cargó el bolso al hombro.

"Lo siento". Irene no se molestó en apartar sus lágrimas, dejó que cayeran por sus mejillas. "Lo siento mucho", suplicó.

"Yo también lo siento", su respuesta salió plana. "Espero que seas feliz con él. Siento no poder ser lo que buscas, siento ser un desastre en todo. Siento haberte fallado".

"Te quiero, Jisoo-ah." Ella sollozó, su pecho se contrajo dolorosamente. "¿Por favor?"

Es sólo una pesadilla, deja que sea una pesadilla.

HOMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora