Capítulo 13

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Jihyo se quedó boquiabierta mientras la cardiocirujana pasaba junto a ella sin decir nada. Le estaba preguntando por su rutina: visitar a Jungkook Oppa cada año. La cara de Lisa estaba en blanco y sin emoción. Lisa era muy sensible al tema. Siempre lo hacían de la manera más suave para sacar el tema, preguntando sutilmente y esperando su respuesta. Y eso era exactamente lo que hacía Jihyo.

Después de la pregunta, Lisa solía endurecer la mandíbula y suspirar y dejar salir un "¡bien!" por lo bajo. Pero esta vez, probablemente ni siquiera le importó su presencia.

"¡Hola! ¡Qué bien que esten aquí!" Jihyo saludó a sus amigas. Estaba hambrienta y quería robar algo de comida del departamento de cirugía, del salón. Se dirigió directamente a la nevera sin más preámbulos, despejando su contenido.

"Acabo de ver a Lisa. Le pregunto si está bien si vamos a visitar a Jungkook oppa mañana. Ella parece un fantasma. Ya sabes, en blanco y arrastrando los pies sin emoción", dijo Jihyo, mientras abría una caja de plástico que contenía Pollo Katsu, se llevó un trozo a la boca y lo masticó. "No la había visto así desde..."

Se levantó al ver la misma cara inexpresiva de Seulgi y Jisoo.

"¡Oh Dios, qué demonios han hecho!"

"Debería ir a buscarla. Es mi culpa", Jisoo se movió abruptamente de su lugar.

"No, Chu. No lo hagas". Dijo Seulgi con severidad.

"Si ella hace algo estúpido, Seul, nunca podré perdonarme".

Jihyo no tenía ni idea de lo que estaba pasando. Pero sabía que algo muy malo había pasado.

"No es prudente que ella te vea ahora, Jisoo. Ella no escuchará lo que digas. Deja que se calme primero y luego tal vez podamos hablar con ella". Dijo Jihyo.

"Esto es mi culpa, es mi responsabilidad asegurarme de que ella esté bien,"

"No hagamos esto es mi error o tu error. Todos tenemos la culpa aquí. Lisa es adulta, entiende perfectamente las consecuencias si alguna vez hace una tontería". El anestesista trató de explicar.

"Déjala en paz por ahora. Hablaremos más tarde".


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La mujer que estaba en el sofá bajó el volumen del televisor cuando oyó que la puerta principal se abría de golpe. Contuvo la respiración esperando que la persona que había estado evitando durante las últimas semanas viniera a saludarla. Lisa no estaba en casa anoche. Probablemente estaba de guardia, pensó.

Oyó que la puerta se cerraba. Exhaló un poco de oxígeno de sus pulmones. Por alguna vaga razón, se sentía nerviosa. Se preguntó si la situación les haría volver al principio. No podía imaginar la incomodidad. Era insoportable. ¿O serían como las de siempre? Lisa era una experta en ignorar tales circunstancias.

"¿Lisa?" Llamó cuando el sonido de algo caer llegó a sus oídos.

No respondió.

"¿Lisa?" Se levantó rápidamente del sofá y corrió hacia la puerta principal. Jadeó al ver a Lisa en el suelo.

"Lisa, ¿estás bien?" Se volteó sobre su cuerpo sólo para percibir un fuerte olor a alcohol. "¿Estás borracha?"

La chica en su regazo se desplomó. No, estoy mareada", se rió.

"Vamos, levántate. Vamos a limpiarte", Jennie se esforzó por levantar su pesado cuerpo. Ésta no cooperaba en absoluto. Con toda la fuerza que tenía, Jennie la llevó al dormitorio.

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