Capítulo 47

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- Déjenme mostrarles el porque dije eso, solo vean con atención...

Un nuevo recuerdo fue arrojado al Pensadero, que mostró un campo de batalla.

Un Gellert Grindelwald adulto, bastante parecido al que estaba actualmente en la sala del juicio, estaba parado mirando ferozmente a un Albus Dumbledore más jóven.

Los alrededores de donde estaban parados eran un caos, calle destruida, edificios caídos o destruidos, cadáveres a su alrededor. Solo habían 5 personas con ellos, todos detrás de Dumbledore, eran aurores alemanes.

- Gellert, no quieres hacer esto.

- ¡Por supuesto que quiero! ¡¡¡TÚ MATASTE A ARIANA!!!

- Fue por el Bien Mayor, mi amigo... ¿Por qué no lo entiendes?

- ¿El Bien Mayor? ¿¡El Bien Mayor!? ¿¡Cuál Bien Mayor!? ¡Ella no le hacia nada a nadie! ¡Queríamos mostrar la magia a los muggles para que ella fuera libre de esa prisión a la que llamaba hogar!

- No, solo tú querías eso... Pero yo no, lo que quiero es el bien para todos los magos, no solo para ella.

Todos vieron el rostro de Gellert crisparse de ira y agarrar con más fuerza su varita, hasta el punto en que sus nudillos de pusieron blancos.

Y entonces comenzó la batalla.

Todos se maravillaron al ver la legendaria batalla entre Albus Dumbledore y Gellert Grindelwald, pero no era como se describía en los libros.

Si, Dumbledore era fuerte, pero nunca tuvo oportunidad. Gellert lo superaba en todo, habilidad, fuerza, todo. Fueron otras 5 horas en que vieron ambos magos batirse en duelo.

La batalla se detuvo cuando Dumbledore cayó de rodillas, completamente herido y desarmado, mientras que Gellert apenas lucía algunas heridas.

- ¿Enserio no podemos resolver esto?

- ¿¡Dices resolver esto!? ¡Debiste pensar en las consecuencias de matar a Ariana!

- Entonces no me dejas otra opción... Todo sea por el Bien Mayor.

Hizo unas señas a los aurores alemanes, los cuales se acercaron lentamente y agitaron sus varitas al aire. Eso hizo que una persona apareciera flotando justo frente a ellos, habían usado encantamientos desilusionadores en esa persona.

Pero entonces los ojos de Grindelwald se ensancharon por la incredulidad y el terror.

- ¿¡Qué haces aquí, Ariana!?

Grindelwald la reconocía, era una niña a la que había adoptado. La había encontrado de bebé en una casa abandonada y con el paso del tiempo se había encariñado de ella, le dió un nombre, educación, todo lo que pudo darle.

Con el tiempo la niña había crecido cada vez más y Gellert notó que era muy parecida a Ariana, de no ser porque sabía que ella estaba muerta podría haberla confundido con ella.

Y ahora la niña de 10 años a la que quería como una hija estaba frente a él, con unas horribles heridas en su piel pálida y su cabello rubio sucio con sangre seca.

- P-Papá... - la niña estaba tan débil que su palabra fue un pequeño y casi inaudible murmullo.

- ¿¡Porqué está aquí, Dumbledore!? - gritó con furia Grindelwald.

- ¿Creíste que no tenía un plan de respaldo? Eres demasiado poderoso, Gellert, más que yo. Por eso invite a esta jovencita, que es tú único punto débil. - respondió Dumbledore con calma, poniéndose de nuevo en pie y recuperando su varita.

Reencarnado en Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora