Capitulo 11

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Halley: ¿Usted?

Quirrell sonrió, en su rostro y voz no habían ni un poco de su tic o su tartamudeo habitual.

Quirrell: Yo me preguntaba si me encontraría contigo aquí, Potter. Aunque no es una sorpresa tu presencia aquí, Woodman.

Isaac: Si no soy recibido puedo irme.

Quirrell: ¡No lo harás! ¡Ninguno de ustedes saldrá de aquí! No con vida al menos.

Isaac: ¿Y crees que puedes impedir que yo de media vuelta y me vaya?

Quirrell: Claro que puedo, soy mejor que tú. Solo eres un mocoso.

Isaac: ¿Hablas enserio? ¿Hablas de mí, quien venció a Lucius Malfoy? ¿Qué me impedirá derrotar a un mago de cuarta incapaz de dar una clase de Defensa Contra las Artes Oscuras decente? No eres más que un simple extra, un idiota que esta siendo manipulado por Voldemort.

Mi ataque psicólogico pareció funcionar, pues Quirrell cambió su expresión calmada y burlona por una de furia.

Quirrell: ¡Mocoso engreído! ¿¡QUÉ TE DA DERECHO A DECIR EL NOMBRE DE MI MAESTRO!?

Isaac: ¿Y qué derecho tenía tu maestro para arruinar la vida de una niña que no tenía culpa de nada? ¿¡Qué maldito derecho tenía Voldemort para matar a los padres de Halley!?

Esta vez Quirrell parecía intimidado.

No retrocedería ahora, debía seguir hasta poder ponerme frente al espejo, tomar la piedra e irnos.

Isaac: Tu estúpido maestro no es nada, ¡Nada! Solo es un megalomano, un idiota narcisista y estúpido. Alguien que no le llega ni a los talones a Halley.

Quirrell: ¡Cállate! ¡Incarcerous!

Isaac: ¡Protego!

Unas cuerdas trataron de atarme y atraparme, pero logré defenderme. Y cuando ví la oportunidad, usé un hechizo de viento para poder empujarlo hasta que quedará en una pared del otro lado de la habitación.

Isaac: ¡Halley! Ponte frente al espejo, ¡Ahora!

Halley me obedeció y se puso frente al espejo, un par de minutos después ya estaba otra vez a mi lado y mostrándome la piedra.

Isaac: Bien, ahora... Lo siento, Quirrell, ha sido una buena velada, pero tenemos que irnos.

???: ¡No se irán!

Una voz fría y aguda resonó por la habitación, helando la sangre de casi todos los presentes.

Quirrell: ¡Maestro! Aún es muy débil.

Voldemort: Tengo la fuerza suficiente... Para esto.

Quirrell había vuelto al centro de la habitación y tenía su turbante algo torcido. Se lo empezó a quitar lentamente.

Cuando este por fin cayó, se pudo ver un rostro en donde se suponía debía estar su nuca.

Isaac: Si, eso es horrible.

El rostro blanco con ojos rojos y ranuras en lugar de nariz me miró, claramente molesto pero tratando de disimularlo.

Voldemort: Vaya, vaya, pero si es el Lord más joven de la historia moderna, ¿Qué buscas aquí?

Isaac: Bueno, busco la piedra, impedir tu retorno y preferiblemente también darte un buen golpe en la cara.

Voldemort: Que valiente, nadie diría eso en mi presencia, ¿O tal vez eres muy tonto?

Reencarnado en Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora