CAPÍTULO 15

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Haechan era el niño más puro que Jeno había conocido, su juventud fue lo primero que le llamó la atención, su forma de ser, siempre sobresaliente entre sus compañeros, era imposible no mirarlo, el chico era un opacador.

Y Jeno fue muy débil, estaba aburrido de su vida que se había vuelto una monotonía, siempre la misma rutina y las mismas personas y él no buscaba justificar sus actos, lo había echado todo a perder por su propia decisión.

Y cuando paso y supo que estaba mal, miró a Haechan siendo tan tierno, hablándole de amor y cariño y no podía abandonarlo, no podía llegar, robarle su virtud y abandonarlo, no cuando Haechan le decía que ya no podía vivir sin él.

Y Haechan se volvió el niño de sus ojos al que consentía y lo consentía y cada vez se volvía más difícil dejarlo.

Y cuando supo que tenía que hacerlo era demasiado tarde, rogó el perdón de su esposo sin obtener nada a cambio.

Y probablemente tampoco iba a obtener el perdón de su hija.

Y fue egoísta al desear que su pequeña no despertará para que nunca se enterara que le había fallado.

Y el tiempo es muy puto, el tiempo es algo que si no le tomas atención cuando te das cuenta ya pasaron los días y meses.

El divorcio fue tan fácil y tan rápido que no le dio tiempo de nada.

Renjun no pidió nada, no pidió bienes ni dinero y no se quejó por la sentencia de patria potestad compartida.

Todo para hacer el proceso más rápido.

Y así como pasaron los días y meses también pasaron los años.

Años en los que no le volvió a ver la cara a Renjun.

Cuatro años en los que regresar a casa se sentía tan solitario.

Renjun había desaparecido de su vida. Ni siquiera por Hana se habían vuelto a encontrar, Renjun había perdido las esperanzas y las visitas se habían reducido a sólo una vez al mes.

Fue Jeno el que estuvo ahí siempre, visitándola y pidiéndole que ya despertara de una buena vez, también Haechan iba a verla y le leía cuentos.

Pero ella seguía en el mundo de los sueños y si llegará a despertar ¿Qué encontraría?

La familia que ella conoció ya no existía.


.-.

Haechan se levantó aquella mañana antes que Jeno. Haechan por fin tuvo lo que quería, era la pareja oficial de Jeno, ya no era sólo el amante o la aventura.

Pero no era feliz, vivía con inseguridades.

Olía y revisaba el cuello de las camisas de Jeno, revisaba su celular y los mensajes, llamaba a la oficina para saber si estaba ahí y Jeno no mentía.

¿Y es que, cómo confiar?, si Jeno había engañado al que había proclamado el amor de su vida, ¿quién le aseguraba que le iba a ser fiel a él?, a él, el chico con el que sólo seguía porque no se podía deshacerse.

Haechan se había vuelto como una plaga difícil de quitar.

INFIEL [NOREN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora