•Avances•

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~Primera semana con Jungkook~

Quería ser su amiga, era claro, pero no sabía cómo lograrlo. Pasaba horas pensando como acercarme a él, sin que se sintiera incómodo, pero, gracias a su sorprendente iniciativa, logramos avanzar más de lo esperado. Agradecí el momento en el que me comenzó a tratar con normalidad, como si fuéramos cercanos entre sí.

Pero, aún en aquel proceso de volvernos más cercanos, el trabajo no hizo falta en la semana, tanto para él, como para mí. El señor Bae, acepto aquel trato que había planteado en aquella cena, todo salió de maravilla y terminó firmando el contrato de Jong-in, su agencia y la empresa, se convirtieron en aliadas.

Hasta ahí, iba todo bien, pero el señor Bae terminó involucrándome en aquel contrato y, sin quererlo, me convertí en la imagen de su empresa, en específico, en el área de modelaje.

Todo era una locura, no podía creer cuando Jungkook me mostró el contrato que se había firmado, y sobre todo, aquella especificación resaltada en amarillo, que había señalado Chanyeol. Aun así, estaba agradecida con el señor Bae por añadir esa cláusula, me permitió realizar mensualmente aquello que amaba, aunque, el trabajo pesado se lo llevaba Jungkook.

La notoria insistencia y la rapidez con la que pedían que se enviaran las fotos, nos obligó a ponernos en acción, haciendo que Jungkook saliera temprano de casa, para traer su equipo de trabajo a su casa, y las ropas que yo utilizaría para posar frente a cámara, en la empresa de Jong-in, bueno, nuestra empresa.

— He vuelto —anunció, dejándose caer al sofá—. El tráfico estaba horrible, sentía que el taxi no avanzaba del mismo lugar, era un desastre total..., pero logré traer tus vestuarios y mi equipo, podemos empezar cuando quieras.

— Es increíble que Chanyeol no haya dejado las llaves del auto para que pudieras salir con más comodidad. Le regañaré cuando me hable, se olvidó de algo tan importante. Seguro fue muy incómodo caminar desde lejos para llegar hasta aquí.

— No hay problema, estoy acostumbrado a estas situaciones, normalmente viajo en autobús, para mí, es un lujo poder ir en taxi o en auto, así que, tranquila. Mejor empecemos con el trabajo de hoy, ¿qué dices? —Hablo con amabilidad, mientras me veía llegar de la cocina.

— Primero toma un poco de agua, y relájate, vienes demasiado cansado, estoy segura de que te hicieron recorrer toda la empresa por las ropas, el personal encargado de esa área no es amable, le hicieron eso a Chanyeol infinidad de veces, no dudo que lo hayan hecho contigo, ¿o no fue así? —Su silencio, y poca habilidad para la mentira, me afirmaron mi pregunta—, tienes que recuperarte antes de volver al trabajo. Ya he empezó a colocar las telas y demás cosas en el estudio, falta poco de esa parte, y lo principal, hay acomodar todo el equipo.

— Eso es lo de menos —respondió, mientras trataba de saciar su notoria sed—, puedo hacer eso rápido, me preocupaba más el no tener lo necesario para terminar el trabajo, pero ya está todo aquí —dijo, palpando aquella maleta donde transportaba su equipo fotográfico.

— Te ayudaré a terminar de montar todas las telas —salte con entusiasmo, pero me hizo detener.

— Mejor empieza a arreglarte, estoy seguro de que en el tiempo en que tú te preparas yo termino de ordenar todo, acabaremos cuanto antes si trabajamos así.

— ¿Seguro? —afirmó—. Entonces haremos eso, te veo en el estudio.

Tome los diez ganchos cubiertos por su característico protector negro, y los lleve conmigo hasta la habitación donde me arreglaba para las sesiones de fotos. Al descubrirlos todos, y notar los diferentes conceptos, me pregunté por qué querría tantas fotos, usualmente pedían cinco fotos como máximo, sentía que eran demasiadas, como para cambiarlas cada mes, pero, después de todo, mi opinión no importaba, mi único trabajo era estar delante de cámara y dar todo porque la prenda, y sobre todo la imagen de la agencia, se viera de la mejor manera.

¿Un golpe de suerte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora