•Fue suficiente•

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—Aquí está mi matrimonio favorito —anunció, un señor, quien aparentaba ser el director de la empresa.

El viaje había sido muy largo, y se sintió aún peor al tener que mantenerme en completo silencio, con el único alivio de poder ver la ventana por pequeños lapsos de tiempo. El restaurante al que habíamos llegado, era tan elegante por fuera, que con solo esa vista sabía que los precios iban a estar en el cielo. Y como era costumbre, no sabía dónde estábamos.

Aquel señor saludo con calidez a Jong-in, y de último, reposo su mirada en mí, saludando con más etiqueta y caballerosidad, pero, algo me hacía sentir que exageraba un poco, no lo sentía genuino, más bien actuado.

—Disculpe mi descortesía. Me presento, soy Bae Dae-hyun, director y dueño de la agencia de modelos MO Entertainment, es todo un honor para mí conocerla señora Kim.

—El placer es mío, señor Bae. Gracias por recibirnos con calidez.

—Como no hacerlo, he admirado su trabajo como modelo desde que comenzó a aparecer en las revistas, me parece que hace un trabajo impresionante, y su belleza tan única nunca se discutirá. Para nosotros como agencia, usted es un modelo a seguir. Incluso tenemos un cuadro, en la sala de juntas, con la portada de la primera revista en la que apareció, tenemos el sueño de que nos brinde el honor, de tener su autógrafo en aquel cuadro.

Después de escucharlo hablar, ver como casi se quedaba sin aire al dirigirse a mí, y lo nervioso que se mostraba, descubrí que no estaba siendo falso, únicamente está emocionado al verme, era extraño saber que él era un admirador mío, pero se sintió lindo saber que mi trabajo como modelo, si gustaba a las personas.

—Algún día iré a firmar el cuadro señor Bae, es una promesa —dije, alzando mi meñique izquierdo, mientras mi mano derecha tocaba mi pecho, a la altura de mi corazón.

Su rostro lleno de emoción y alegría no se pudo esconder, parecía un niño a quien le habían dicho que irían a comer a su restaurante favorito.

Una pequeña interacción antes de entrar al restaurante, había sido suficiente para que Jong-in se mostrará más calmado, no sabía quién era ese señor, pero por la expresión corporal de Jong-in, parecía que estábamos en frente de un importante negocio para él.

El señor Bae nos guio hasta la mesa que había reservado, iba detrás de ambos, observando con asombro lo grande y fino que era el lugar, pero mi reacción llena de sorpresa, era más por la razón de que no había nadie más que nosotros en el lugar, o eso pensaba, hasta que llegamos a la mesa, y una chica de cabellos negros y lacios, mostró una cálida sonrisa al verme.

—Jennie —expresé con una sonrisa al verla.

— ¿Ustedes dos ya se conocían? —nos miró asombrado.

—Así es, Amy y yo somos buenas amigas, nos conocimos en secundaria. ¿Verdad Amy? —asentí.

—Pero que bonitas casualidades nos da la vida, pero por favor siéntense, en un momento nos traerán la comida.

Ante la invitación del señor Bae, Jong-in y yo nos sentamos justo al frente de ellos dos, y una larga charla mientras comíamos comenzó.

Quería saber porque le preocupaba tanto a Jong-in el que ese trató se diera, pero sabía que no lograría saber el porqué, y que sólo debía ayudar a conseguir lo que deseaba, parecía tonta, pero no lo era, y entendí que la insistencia por llevarme a esa cena, era para que el señor Bae aceptara el trato, Jong-in era astuto, y siempre buscaba las debilidades de las personas para poder atacar, y que hicieran lo que él deseaba.

—Aún no estoy seguro de hacer esto —anuncio, dando un sorbo a su vino—, ¿Por qué el interés por unirse conmigo, señor Kim?

—Somos empresas de grandes prestigios y poder, las cosas que podríamos hacer juntos, las promociones y ganancias doblarían el resultado del que ambos poseemos. Somos necesarios para el otro, sé que seríamos una gran potencia si sus modelos brindan su imagen a mi marca.

¿Un golpe de suerte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora