•Lo mejor de mi vida•

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Era el sexto mes que cumplía de estar salir con Jungkook. Marzo, de un nuevo año, nos daba la bienvenida con aquel hecho que nos hacía mucha ilusión. Ya era medio año, juntos, siendo... bueno, un intento de pareja.

El tiempo se nos había ido volando, y a su lado lo sentía pasar menos. En serio que este chico me enamoraba día con día. Después de conocerlo más a fondo, comencé a desear haberme encontrado con él, años antes, así hubiese tenido la oportunidad de enamorarme de él, como cualquier otra pareja. Pero Jungkook iba a correr más peligro que yo, sé que Jongin lo iba a eliminar de su camino, y el dolor que hubiese quedado en mí, sería más grande y profundo.

Estaba dispuesta a festejar al lado de él, cumplíamos medio año de salir, y las veces pasadas no lo celebramos como lo habíamos deseado.

Aquel día debía de prepararme para una cena con Jungkook. Aunque no sabía dónde era, pero de igual forma, deseaba verme y sentirme preciosa para la ocasión.

Con toda la motivación del mundo, me puse de pie, abrí mi closet y comencé a ver cuál vestido podría ponerme. Al elegir uno muy lindo, y que resalta mi figura, lo dejé sobre mi cama y me metí al baño para darme una ducha.

Cuando terminé, enrolle la toalla a mi cuerpo y salí de la regadera. Mi mirada se fue a mi cama, donde había dejado mi vestido, pero con confusión observé que ya no estaba, y en su lugar, una caja blanca en tono perla, bastante grande, ocupaba su puesto.

—Eso te lo manda tu enamorado. —habló, de la nada, sobresaltándome por completo.

—¡Por Dios, Chanyeol!, ¡me vas a matar de un susto! —dije, llevándome una mano al pecho. Él me miró serio, mientras, con tranquilidad, se sentaba en mi sofá, quedando frente a mí.

—¿Cómo has de tener esa conciencia? —cruzó una de sus piernas, fijando su vista neutra, en mí.

—De verdad que contigo no se puede... si me vas a dar sustos como ese, mínimo cambia la frase... —me miró, serio y luego me sacó la lengua, parecía un niño pequeño peleando—. ¿Qué es esto? —señalando, le pregunté.

—Yo que voy a saber, ábrelo y mira que es...

La caja era muy grande, de un color perla y un listón rojo que la mantenía cerrada. Me acerqué dudosa, pero a la vez curiosa.

Tiré del aquella unión rojiza, y abrí el extraño presente, me sorprendí al ver que en el interior. Traía un hermoso vestido color negro, era de un corte que hacía que la parte de enfrente fuese más pequeña que la de atrás. Estaba bordado con un hilo dorado, que le daba un aspecto magnífico. Como acompañante, un par de tacones y un collar a juego. Sobre todo ello, venía una nota color amarillo pastel, que le hizo destacar entre aquellas telas negras.

"Hola, amor. Quería hacer este día más especial y darte una pequeña sorpresa. Espero que te guste mi elección. Aunque a ti te quede bien todo, lo más importante es que te sientas feliz y cómoda. Te amo, nos vemos pronto ♡".

Sonreí al ver aquella mini nota, la tomé y la guardé para que me quedara un bello recuerdo de este día.

—No sonrías tanto, que tus mejillas se endurecerán.

—Cómo eres, de verdad... ¿No te da alegría que tu hermanita menor haya encontrado a alguien que la hace feliz? —Le miré, cruzada de brazos y con una expresión seria. No entendía su extraña actitud de aquel día, era impropio de él.

—No, porque me está robando a mi hermanita. —dijo, mientras hacía puchero y se cruzaba de brazos como un tierno nene. Al verle así, me acerque enternecida, lo abrase y le di un beso en su mejilla.

¿Un golpe de suerte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora