•¡No te atrevas!•

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~ Narra Jungkook ~

Al escuchar los gritos que venían de la casa, entre lo más pronto posible, encontrándome así con Hoseok, Moonbin y Amy en la sala de la casa.

Mi vista se fue en búsqueda directa de Amy, cabizbaja lloraba desconsoladamente, mientras era sujetada de los hombros por Hoseok, quien le gritaba que dejara de llorar, y que mejor dijera la verdad.

Incapaz de poder sacarle la verdad, la dejo caer de golpe al sofá, y levantando su mano, estaba a punto de dejar caer una cachetada en su rostro. No lo soporte más, la sangre me hervía... el partirle la cara se había vuelto en mi necesidad momentánea.

—¡No te atrevas a tocarla! — grité con todas mis fuerzas.

Estaba exaltado, camine hasta ella, me puse en frente para protegerla y encarar a Hoseok. El agarre a mi camisa fue la única respuesta que recibí de Amy, aun así, podía sentir como temblaba... estaba más que asustada.

—Oh... querido Jungkook, créeme que no querrás defenderla después de que te enteres de lo aprovechada y... —hablo lleno de ira mientras la señalaba con desprecio.

—Hey... hey... hey... cuidado con tus palabras Hoseok, que si te metes con ella... te metes conmigo —le mire con seriedad.

—Ja... ¿La defenderás aún? Esa "niña inocente", es una mentirosa aprovechada. Nos ha estado mintiendo. ¡Esta maldita, está casada! Dime ahora Jungkook... ¿¡la seguirás defendiendo!? Es una completa... —expreso lleno de asco mientras la miraba.

—¡Jung Hoseok! —gritó Jiwoo, reprendiéndolo.

Mi respiración se acortó momentáneamente, no podía creer lo que acababa de escuchar, y solo podía pensar en una cosa: "¡Mierda! Se enteraron de la verdad de Amy". Quedé en blanco, necesitaba hacer algo, pero no tenía idea de que podía hacer, solo quería tomar a Amy y huir del lugar sin mirar atrás, pero esa no iba a ser una buena opción.

—¿Y? ¿Cuál es el problema? ¿A acaso es un delito casarse ahora en día? —le respondí, como si no me importase el tema, como si fuese la primera vez que escuchaba de ello.

—Eso lo dices porque no sabes quién es su marido... Jungkook... ¡Su marido es Kai! Es esposa de uno de los más influyentes empresarios de Corea. ¿¡No te das cuenta!? Es solo una arrastrada que busca hombres con dinero para cumplir sus caprichos. Una maldita malcriada que no supo guardar luto a sus padres por unos putos dias... Me repugna la presencia de esta estúpida.

—¡Hoseok!... ¡No te atrevas a seguir llamándola así! —le grité, ya lleno de rabia.

—Es lo que es, una arrastrada que solo busca cumplir sus caprichos de niña mimada. Es una trepadora.

—Ella no es así, y mejor cállate... No la conoces, no sabes nada, y no te permitiré que sigas con esto.

—Me estás diciendo que... ¿No es una interesada sin reparo? Entonces... ¿¡Por qué aun sabiendo que es casada me buscaba y me coqueteaba!? No es nada más que una ofrecida. Siento asco con solo verla... maldigo el día en el que me fui a fijar en alguien como ella, hubiese sido mejor comer tierra antes que haber besado sus asquerosos labios.

—Esta... ya no te la paso —ya estaba hartó de sus insultos.

En el momento menos pensado, mi puño ya estaba en la cara de Hoseok, por primera vez ambos estábamos peleando, tanto verbal como físicamente.

Amy no dejaba de llorar y gritar mi nombre para que parara, pero yo no tenía planes de hacerlo, con solo recordar las palabras de Hoseok, mi corazón latía con rapidez por la misma ira que se había apoderado de todo mi ser.

¿Un golpe de suerte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora