Día 5: Besándose

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Au: Edad Medieval
Bart=Monaguillo
Jaime=Sucubo/incubo

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Arrodillado en su habitación y con sus manos juntas, Bart rezaba, una y otra vez, pidiendo a Dios, misericordia y perdón por sus pecados, porque creía firmemente que el señor se encontraba molesto con él; de lo contrario ¿Por qué lo dejaría volver a sufrir de la misma pesadilla noche tras noche?

Estaba claro que había pecado y estaba siendo castigado.

-Señor, perdóneme, sé que he pecado, por favor disculpa a tu pobre siervo y protegelo está noche, tengo miedo de dormir, sé que quizás te encuentras molestos por mis pecados, por lo que te ofrezco mis más sinceras disculpas, señor...No me abandone por favor...Se lo suplicó...- Como las noches anteriores pidió lo mismo, antes de iniciar con sus oraciones habituales para agradecerle al Señor, todo lo que le daba y por los privilegios que gozaba.

Una vez que terminó su tarea, dejó escapar un pesado suspiro antes de levantarse y caminar hasta su cama. Un escalofrío le recorrió la espalda, cuando se encontraba acomodándose dentro de las suaves sabanas, intentó ignorarlo, pero en el fondo sabía que nuevamente sería una noche de castigo.

Con temor se terminó de acostar en su cama y apagó la lámpara que tenía en la mesita de noche. Tenía miedo de cerrar los ojos, de dormirse solo para entrar de nuevo en aquella pesadilla que lo atormentaba desde hace dos semanas.

Por desgracia, el cansancio en su cuerpo, le evitaba poder mantenerse despierto, siendo que a los pocos minutos de acostarse, cayó en un profundo sueño.

No sabe cuanto pasó, para que, como las veces anteriores despertara dentro de su sueño, observó todo a su alrededor, sabía que seguía en su habitación, por segundos pensó que realmente había despertado, pero al escuchar una voz a su lado supo que no fue así.

-Hola mi pequeño ángel~- Saludó aquella voz ronca y burlona -¿Me extrañaste?- La voz se escuchaba demasiado cerca, sabía que se encontraba al lado de su cama, pero su miedo le impedía voltear, no quería, no quería verlo de nuevo, solo quería despertar y que todo acabara.

Pero aquella criatura tenía otras intenciones, por lo que con brusquedad sujeto las mejillas del castaño obligandolo a que lo viera.

Frente a Bart, se encontraba aquel hombre que lo atormentaba. Piel morena, profundos ojos negros que desbordan lujuria, y con un cuerpo bastante atrayente, el cual siempre se encontraba cubierto por ropa fina, era lo que veía cada vez que dormía.

-¿Otra vez le pediste a tu señor, que te protegiera? ¿Hasta cuando entenderás que tu Dios es un ser egoísta, que no le interesa la humanidad?-

-Mi-miente, mi señor me escucha y me cuida...So-solo que es-estoy pagando por mis pecados- Contestó intentando sonar seguro, creía en su Dios y se negaba a pensar que era un ser egoísta.

-Oh mi pequeño ángel, ¿Tanto crees en tu Dios? ¿No crees que si realmente fuera tan bondadoso, ya te habría salvado?- Preguntó con burla, mientras se deleitaba con la expresión de temor y confusión de aquel joven.

-Mi señor es bondadoso, es alguien con un corazón puro, somos nosotros quienes no entendemos su actuar y esperamos soluciones inmediatas, él sabe por...¡Mghh!-

30 días otp BluepulseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora