Día 12: Besos y toques

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Au: Sin capas y son adultos

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~Es tu mejor amiga...¿Por qué le haces daño?~ Se preguntaba mentalmente Bart, mientras se encontraba besando de forma apasionada a Jaime, a la vez que este, pasaba sus manos, por debajo de su playera, acariciando de forma suave y lenta su piel.

Al separarse del beso ambos jadearon y se miraron sonrientes.

-Te extrañe- Mencionó el mayor, a la par que comenzaba a dejar húmedos besos por todo el cuello del menor, sacandole pequeños suspiros.

Bart tan solo movió un poco la cabeza, para darle más espacio a su acompañante -Yo también te extrañe- Murmura mientras jugaba con sus dedos en el pelo del contrario.

Estaba mal lo que ambos hacían, demasiado mal, porque no solo los afectados eran ellos, sino también una tercera persona, que lo único que había hecho, era ser dulce con ellos.

No lo merecía, pero a pesar de la culpa que ambos cargaban, el placer y deseo de volver a encontrarse era mucho más que cualquier otro sentimiento.

¿Cómo resultó esto? Ni ellos mismos sabían como habían entrado en aquel juego, del cual ahora ya no podían ni querían salir.

Se conocieron gracias a Traci, los presento con emoción, ya que para ella no habría nada mejor que su novio y su mejor amigo se conocieran y se llevarán bien.

Por lo que estuvo muy contenta, con el pasar de los meses, ya que la relación de su novio y su amigo mejoraba cada vez más, volviéndose muy cercanos.

Pobre chica ciega, si tan solo supiera que aquella amistad era un disfraz para una relación prohibida.

¿Por qué Jaime simplemente no dejaba a Traci? O ¿Por qué Bart no detenía esto? Simple, los dos eran indecisos y no sabían que hacer ni como decirle a la chica.

Sabían que dañarían a Traci de cualquier forma, ¿cómo le explicarían?, lo que menos querían es que sufriera, por lo que ambos sabían que debían acabar con esa relación lo antes posible o buscar otra solución.

Pero no ahora, este era su tiempo a solas, luego se preocuparían de que hacer, ahora solo querían disfrutar su momento.

Aprovechando el regreso del viaje de negocios del mayor, no dudaron en verse.

Jaime regresó antes de su viaje y al primero en avisarle fue al castaño, pasar todo un día con él no era mala idea. Además, su novia no sabía que su regreso se había adelantado.

Por lo que así fue como se dirigió directamente al departamento de su amante, el cual lo recibió gustoso con un dulce beso.

Pero aquel beso poco a poco fue subiendo de tono, tres semanas sin verse había sido bastante tiempo y que mejor que recuperarlo.

Sin más, Bart no puso mayor resistencia, cuando las manos del moreno se posaron en su cintura y lo pegaron a él.

A pasos lentos y entre caricias, llegaron al sillón, donde Reyes se sentó para posteriormente, sentar a Allen sobre su regazo.

Continuando con sus húmedos besos y sus caricias, la ropa les comenzaba a estorbar, Bart fue el primero en desesperarse, nunca había sido bueno en ser paciente, por lo que sin dudar, comenzó a desabotonar la camisa del mayor, comenzando a tocar su firme abdomen con ansias.

Jaime no se quedó atrás, así que le retiro la playera al menor, dejando ver su torso, no espero mucho para acercarse y comenzar a dejar besos por todo el pecho del contrario, entreteniendose en uno de sus pezones, mientras que con una de sus manos, jalaba y jugaba con el otro.

Su mano libre acariciaba la cintura del contrario, bajando por su cadera, hasta centrarse en apretar uno de sus glúteos con fuerza, provocandole un jadeo un poco más alto que los demás.

Por otro lado, las manos de Bart jugaban con los cabellos negros de su acompañante, a la vez que sus caderas se movían en círculos, sintiendo como el miembro del contrario crecía.

Se muerde el labio por la excitación del momento, pero todo se acaba al escuchar que tocan la puerta de su hogar con intensidad.

Ambos hombres gruñen por la interrupción, pensaban ignorarlo, pero todo se vino a bajo, cuando escucharon una voz muy familiar.

-¡Bart! ¡Ábreme se que estás aquí!- Se escuchaban los llamados de la castaña.

Fue el momento en que los dos palidecieron, se miraron sin saber muy bien qué hacer, lo primero estaba claro, tenían que vestirse, por lo que muy a su pesar tomaron sus prendas y las acomodaron.

Nuevamente se escucho como llamaban a la puerta y lo único que atinó a decir Bart fue un: "voy"

Cuando estaban algo decentes, Bart se dirigió a abrir la puerta, Jaime fue detrás de él, era estúpido esconderse, ya que la chica podría entrar en cualquier habitación, conociéndola, además que no había otra forma de salir.

Al menos ya tenían una sencilla excusa.

Traci!- Saludó Bart sonriendo, se sentía un hipócrita, aunque sin duda lo era.

-¡Bart!, hasta que me abres, te tardaste mucho- Se quejó, pero su sonrisa no desapareció.

-Es-estaba ordenando algo- Sonríe nervioso, aunque la chica ni lo nota, quizás sea su emoción.

-Oh eso es nuevo, vaya milagro- Se burla ganándose una mala mirada del contrario -Bueno, bueno, eso no es a lo que venía, quería pedir tu ayuda, mañana llega Jaime y quiero hacerle una bienvenida sorpresa- Exclamó emocionada.

-Qué casualidad, nosotros planeamos lo mismo- se burló el castaño, moviéndose un poco para que la chica viera a Reyes con una sonrisa en los labios.

-¡Amor! ¡¿Cuándo llegaste?!- Preguntó mientras corría a abrazarlo con una gran emoción, siendo correspondida al instante.

-Hace poco, queríamos prepararte una sorpresa- Explicó con calma, aprovechando que la chica no lo estaba viendo para hacer una muestra de tristeza.

Bart tan solo cerró la puerta y se recarga en ella, observando la escena bastante serio, si era sincero quería que Traci se fuera.

Tanto Jaime como Bart, conectaron miradas, ambas de decepcionado por no poder pasar su día juntos, pero era a lo que se atenían al ser solo amantes.

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Un día más, espero que este cap les haya gustado:3

Y recuerden no sean como Jaime y Bart, ser infiel no está bien.

30 días otp BluepulseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora