Día 10: Con orejas de animales

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Inspirado en los cómics de Pixie y Brutus.
●Son animales.

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La vida cambiaba en cuestión de minutos y Jaime se había dado cuenta de eso.

Pasó de ser uno de los mejores perros policías en la estación a un simple perro en cuestión de horas, o al menos eso escuchó decir al comandante.

Su situación era denigrante había perdido su rango y placa porque su olfato ya no era el mismo.

Durante una misión donde el iba al frente debió detectar al enemigo, pero simplemente no pudo percibir nada, eso le costó un ataque por sorpresa, que resultó en que su compañero saliera herido y en que el sospechoso escapara.

Lo último que recordaba era haberse acostado al lado de su compañero ya que después de eso todo era borroso.

Más tarde despertaría en una camilla al lado del veterinario y el comandante, al parecer él también tenía una herida que lo hizo perder sangre, de ahí que se desmayara.

Se sentía débil, pero lo suficientemente despierto como para escuchar la conversación de ambos hombres.

No entendía mucho de lo que decían, pero entendió que sería puesto en descanso y luego regresaría a entrenamiento.

No supo cuanto tiempo había estado en descanso, pero si que había sido una eternidad, era conocido por ser un perro tranquilo y obediente, pero el encierro lo había puesto ansioso, eso sumado al hecho de no haber visto a su compañero.

En cuanto pudo regresar a entrenar estaba bastante feliz, pese que a la persona que lo llevaba no era su compañero, estaba feliz de salir.

Lastima que su felicidad no duró mucho, le habían dado una orden simple; busca.

No pudo encontrar nada.

Por más que olfateaba el objeto dado, no podía percibir más que tenues olores, lo que le hacía imposible encontrar a su objetivo.

Le gustaría decir que eso le había sucedido solo una vez, pero por desgracia no fue así, entrenamiento tras entrenamiento todo fracaso.

Se sentía inútil, un perro sin olfato era inservible, todo empeoraba cuando el comandante y su nueva pareja lo miraban con lástima.

Incluso Khaji le cedió su juguete favorito para intentar animarlo, si aquel perro arisco le había cedido un juguete.

Si que debía sentirse mal.

Lo peor llegó cuando pudo escuchar la conversación entre el coronel y su nuevo compañero.

-Perdió el olfato, el veterinario dice que está bien físicamente, pero al parecer es otro problema-

-¿Entonces que haremos con él, señor?-

-Lo mejor será dejarlo descansar, por ahora no es útil para el escuadrón, pero es un buen perro, darlo en adopción sería lo mejor-

-Creo que tiene razón, pero...¿Quién adoptará a un Calupoh adulto? Es decir no es un perro pequeño precisamente, ni se ve amigable, ¿Cree que podríamos conseguirle un hogar?-

-Estoy seguro que si, pese a su aspecto, es noble y fiel, podremos encontrar un hogar para él...Llévalo a descansar, mañana lo daremos en adopción- Sentenció el hombre a lo que otro chico asintió -Descanse oficial- El comandante se inclinó a darle una caricia y con eso se despidió.

No podía evitar sentirse decaído, sentía que había fallado no solo a él, sino a su compañero y comandante.

Ya no salía a entrenar desde ese día, claro salía a caminar un poco pero no a entrenar, ya no recibía ordenes ni era enviado a operaciones.

30 días otp BluepulseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora