LONG STORY SHORT! | 𝕷𝖔𝖓𝖌 𝖘𝖙𝖔𝖗𝖞 𝖘𝖍𝖔𝖗𝖙, 𝖎𝖙 𝖜𝖆𝖘 𝖙𝖍𝖊 𝖜𝖗𝖔𝖓𝖌 𝖌𝖚𝖞
LGL - Entre una série de extraños eventos, Marlene empieza a darse cuenta que la pareja popular no era tan perfecta y igual como aparentaban. Marlene Richmond s...
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MARLENE SE ACERCABA al entrenador lentamente y con una inocente sonrisa en su rostro. El entrenador rodó los ojos al verla.
—¿Otra vez, Richmond?
—Juro que no se las voy a mandar al equipo contrario para que vean las tácticas del equipo. —repitió lo mismo de siempre.
—¿No tieens nada mejor que hacer? ¿Como mirar tu móvil o ir a clase? —habló Finstock. La chica amplió un poco su sonrisa y alzó la cámara.—Bien, de acuerdo.
Marlene le agradeció y volvió a las gradas. Siempre le dejaba hacer fotos.
Cuando la cámara apuntó a Marcus y Stiles sentados en las gradas, los números 7 y 24 se giraron y le hicieron muecas graciosas. La chica rió y les sacó un par de fotos antes de apuntar al campo; donde Scott acababa de posicionarse de portero.
—Oh no. —murmuró bajando la cámara y mirando a su amigo.
McCall cogió el palo de lacrosse firmemente para intentar detener las pelotas. Fue el turno del primer jugador; Scott no tuvo tiempo ni de reaccionar cuando estaba en el suelo.
—¡Oye, qué manera de atrapar con tu cara, McCall! —se burló Jackson.
Scott se levantó del suelo del campo. Agarró firmemente el stick y se colocó en posición. El siguiente jugador lanzó
Pero Scott atrapó la pelota. Y las tres siguientes. Empezó a vacilar cogiéndolas al vuelo con movimientos muy animados.
—¡Hey Marly! —le dijo a la chica desde la portería.—¡Espero que estes fotografiando mi gran hazaña!
La rubia reaccionó y empezó a sacar fotos a cada movimiento de McCall donde paraba la pequeña pelota de lacrosse. Asombrada por ello.
Ahora fue el turno de Jackson. El capitán del equipo corrió hacia el portero y lanzó con todas sus fuerzas; y Scott fue capaz de atraparla.
Toda la gente en las gradas empezó a gritar, incluidos los del banquillo. Jackson miró enfadado al joven y se acercó a los demás jugadores malhumorado. Notó de reojo como Allison le sonreía a Scott. La pelinegra se dio cuenta de la presencia de la rubia y decidió ir a hablar con ella.
—Veo que tú amor por la fotografía sigue intacto. —sonrió Allison.—¿También sigues pintando?
—Si, de hecho. —respondió.—¿Que hay de ti? ¿Ya te diste por vencida?
