Una semana después, los gatitos ya estaban mejorando. Hitomi no se lo puso fácil, haciéndoles entrenar hasta que quedaron exhaustos. Luego, le tocaba a ella, entre las manos tan capaces y cariñosas de su madre. Asuma también la ayudaba a veces, y a menudo estaban rodeados de miembros de la Comunidad. El final del quinto año se acercaba cada vez más, y Hitomi tenía la firme intención de mantener su título de Primera Kunoichi hasta la graduación. Aunque Hinata e Ino no le estuvieran pisando los talones precisamente, su orgullo personal la empujaba a superarse una y otra vez. Eso la convertiría en una shinobi excepcional, algún día.
Una tarde, Kurenai reunió a todos los niños en el jardín, mientras los gatos de Hitomi trataban de aumentar su resistencia dando vueltas alrededor de la casa hasta no poder dar ni un paso más. La mujer no estaba sola: detrás de ella estaba Asuma, que se había ganado el respeto de toda la Comunidad. Bueno, todavía se burlaban de él exactamente igual que Hitomi, pero estaban agradecidos por su presencia y ayuda, y se lo hicieron saber.
"Como todos sabén, Iruka-sensei está esperando a que empiece su último año en la Academia para enseñarles las técnicas de rango E que tendran que dominar para graduarse. Ha decidido trabajar así con ustedes para que los de su clase que no reciben un entrenamiento especial estén preparados para aprender cuando llegue el momento, pero eso no significa que tengan que esperar ustedes también."
Si los niños estaban emocionados, trataban de disimularlo por respeto a la mujer a la que habían aprendido a venerar con el paso de los años. Ella era amable con cada uno de ellos, recordaba detalles sobre ellos que los hacían sentir especiales y apreciados. Incluso Naruto siempre la obedecía, tan desesperado por mantener su atención y sus favores... debería haber sabido que nunca la perdería. Kurenai no era de las que jugaban al palo y la zanahoria. Nunca llevaba su propia austeridad demasiado lejos, conformándose con un tipo de autoridad tan silenciosa como indiscutible.
"Vamos a empezar con la Técnica de Sustitución. Hitomi, ¿puedes explicar en qué consiste?"
La chica asintió, con una sonrisa ansiosa en los labios. "La Técnica de Sustitución crea un vínculo entre el shinobi que la utiliza y un objeto de tamaño similar situado en un radio de cinco metros desde la posición del shinobi, y luego los intercambia en el espacio".
"Una definición muy buena, si no exploras más allá de lo que puedes encontrar en los libros de la Academia. Sin embargo, es un poco limitada. Shino, danos una idea de otra aplicación para esta técnica".
El Aburame se enderezó, sorprendido de que le pidieran que hablara, como siempre. "Mi clan posee una técnica secreta que me permitirá, cuando la domine, crear un clon de mí mismo a partir de los insectos de mi colmena. Supongo que podría sustituir al clon".
"¡Excelente! Todos los clones sólidos permiten ese movimiento, y puede confundir mucho a tu oponente. ¿Algo más? ¿Sí, Hitomi?"
Con una idea descabellada en mente, la chica acaba de levantar tímidamente la mano. "Eh... ¿Podría intercambiar dos objetos de tamaño y masa similares?"
"¡Sí, exactamente! Realmente hay que dominar bien la técnica para poder hacerlo, y tener excelentes reflejos, pero es posible usarlo así, efectivamente. Así es como Hokana Minami, la comandante de los servicios secretos de Iwagakure, fue derrotada por Uzumaki Mito, hace un siglo. Ella estaba casada con el Hokage Primero, como bien recuerdas. Cambió la katana de Minami por una simple rama, y luego aprovechó la sorpresa para noquearla y capturarla. Minami fue la primera prisionera en ser intercambiada, lo que nos permitió recuperar a la hermana de Mito".
Una astuta sonrisa torció los labios de Hitomi al asimilar esa información. Las posibilidades eran... realmente asombrosas. Permaneció allí sonriendo, con su mente retorciéndose y pinchando ese nuevo concepto para darle la forma exacta que ella pretendía.
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Algo termina, Algo Empieza
FanfictionTras su muerte, Hitomi se despertó en un mundo en el que los conflictos se resolvían con torrentes de fuego y ríos de rayos. Cuando era un bebé, decidió utilizar el tiempo que tenía para dibujar planes y rezar para salir de toda esa mierda viva y de...