Primero

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¡Estoy dentro! ¡Dios! Estaba tan feliz por el resultado final, que no me importó nada más en el día. Claro que evité tener que hablar con Jess. No quería ni quiero verla, no hasta hablar con Mace, a quién, por cierto, no vi en todo el día en la escuela.

A penas paso por la puerta y lanzo la mochila sobre el sofá, enseguida entro a la cocina y me dedico a preparar el almuerzo, después de comer intentaría hablar con Mace.

Sentada en la barra me puse a pensar... 

Qué grande es esta casa, o bueno, que grande se ve y se siente sin nadie más que yo en ella. Extraño la sensación de tener una familia, extraño hasta la indiferencia de mis padres, al menos así sabía que estaban ahí.

Suspiro.

Nunca fueron los mejores padres, de hecho, creo que ni siquiera lo intentaban. Siempre nos dedicaron migajas de su tiempo. Respiro con pesar. No puedo recordar que alguna vez se hayan quedado con nosotros más tiempo del que sentían que les correspondía... 

Sollozo.

Extraño tanto a mi hermano menor. 

Remuevo con mi tenedor la ensalada en el plato.

Daría lo que fuera por volverlo a ver...

Evito derramar lágrimas al sacudir la cabeza y concentrarme en comer. No puedo arrepentirme, no a estas alturas de la vida cuando ya he hecho y logrado tanto. Porque aunque así fuera y pudiera volver en el tiempo, no haría nada diferente. Volvería a hacer las cosas tal cual las hice.

No cambiaría nada. Absolutamente nada.

No quiero que mis recuerdos del pasado me sigan atormentando, así que camino hasta la sala y pongo una película, "El Extraño Mundo de Jack".

Me paso ambas manos por el rostro. La película está a penas empezando y yo ya estoy pensando en ese par de ojos azules.

Recuerdo su cercanía, recuerdo cuando se quitó la camisa en un acto tan desinteresado, sólo para salvarme...

¡Claro que era parte de la escena! Pero es que no puedo evitar pensar en cómo me tomó de la mano, en cómo me miró, lo cerca que estuvo de...

El labio empezó a dolerme por la fuerza con la que lo estaba mordiendo. Tengo que dejar de pensar en él. Tengo que dejar de pensar en sus ojos, en sus labios, en su forma de tocarme, en lo mucho que me encanta que me tome de la cintura.

¡Ay! ¡No! ¿Me encanta que me tome de la cintura? No, no, no. Debo salir de aquí o voy a enloquecer.

Apago la televisión, lavo los platos y salgo de mi casa, decidida a ver a Mace. Hoy el sol brilla en todo lo alto y el día se ve precioso.

Eso me hace feliz.

Tremendamente feliz.

Justo cuando llego a la acera, aparece su motocicleta al otro lado de la calle y estaciona junto a mi auto.

- ¿Me estabas esperando? - Baja de la motocicleta.

- Tengo mejores cosas que hacer. - Ríe.

- Me alegro. No hay nada mejor que salir conmigo. - Me toma de la mano y me hala.

- ¿Qué haces? - Me apega a su figura, tomándome por la cintura.

- Vamos a algún lado. Me debes una, hoy te salvé la vida. - Me recuerda.

- Era una escena. 

- ¿Eso es un no? - Se acerca a mi, frente a frente. Maldita sea, me molesta tener que verle para arriba, aunque me encanta que sea tan alto, es casi tan alto como Tiago.

La Mujer del Destino [Andy Biersack y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora