Capitulo Cuarto: La selección.

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Hyun

Aún quedaba pendiente el asunto con Adán, pero al menos el consejo se estaba movilizando con el tema, me la había pasado arreglando los destrozos de algunos rebeldes. Fue una semana bastante pesada, en ocasiones debo ser bastante seria con estos asuntos, pero no me gusta estresarme.

Una semana había pasado desde el ataque con todo el trabajo extra, me tome todo un fin de semana para descansar, no había dormido casi nada, así que necesitaba reponer energías. Aun no sonaban mis alarmas así que supuse que aún era temprano, tocaron un par de veces, escuche un gruñido a mi lado, mire la espalda desnuda de mi mejor amigo, lo patee un poco él no se movió solo hablo con su voz ronca.

—Abre la puerta para que nos dejen dormir.

Me levanté y fui a ver, era uno de mis asistentes, me miro de reojo y al notar que estaba en ropa interior bajo la mirada al suelo levantando las manos con unos papeles hacia mí.

—Di...disculpé que la molesté princesa, pero me dijo la Señorita Amelia que le entregara esto a primera hora en la mañana, son las primeras solicitudes para su esposo.

Las tome, eran bastantes, Yoongi volvió a gruñir desde la cama, mi asistente tembló al escucharlo.

—Gracias Ian te puedes retirar.

Me hizo una pequeña reverencia y se fue sin mirarme de nuevo.

—Deberías de dejar de espantar a mis empleados.

—Ellos se espantan solos, yo no hago nada.

Se sentó resignado en la cama, se despeino aún más su cabello blanco bostezando con algo de fastidio, lo mire bastante divertida, no entiendo cómo es que algo tan adorable les cause terror, recuerdo la primera vez que conocí a Yoongi, fue una de las primeras veces que pise la tierra, porque claro al ser hija de un demonio la mayoría de mi educación fue en el inframundo, en fin, aún era una principiante con eso de las transportaciones, así que aparecí en medio de un callejón, uno no muy seguro.

Escuche unos golpes y risas al fondo, me acerque con sigilo y mire a un chico albino totalmente moribundo en el suelo siendo golpeado con furia por un sujeto del doble de su tamaño, otro sujeto me miro de arriba abajo, se comenzó a rascar la barbilla.

—Niña, ¿Qué haces aquí? —

Yo solo me encogí de hombros, el tipo hizo una seña para que fueran por mí, el chico albino se aferró de la pierna del grandulón, mirándome directo a los ojos.

—Corre.

Yo no lo podía creer él estaba casi muerto y aun así quería salvarme de esos sujetos, inmediatamente corrí, pero hacia él, el grandulón lo pateo soltándolo  su agarre, la velocidad de los tipos era admirable, pero no tanto como para atraparme, me barrí para llegar con el joven, de entre mis botas saque una navaja rasgando los tendones de los tobillos del grandulón, este se hinco chillando de dolor, mire al albino.

— ¿Estás bien? 

—Debes irte ellos te mataran.

—Si me voy, ellos te mataran.

Tome el magullado cuerpo del joven, el que dio la orden de atacarme se levantó, vi como su cuerpo empezaba a una especie de convulsión, su espalda se ensancho rasgando su ropa, sus manos formaron unas garras enormes y sus ojos se volvieron muy amenazantes, fue el primer licano que vi, me sentía emocionada, tanto que no pude controlar mi adrenalina en ese momento, al ver que se acercó a atacarnos tire una patada dándole en las costillas rompiendo con facilidad cada una de ellas, antes de que se parara di otra patada más hacia abajo desnucándolo cayendo muerto al instante, lo que supuse que eran sus subordinados salieron corriendo al menos los que podían, me acerque al grandulón dejando a un lado al chico, aun hincado batalle para tomarlo por el cuello.

Reina (Resubiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora