Capitulo 12

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Dicen que el tiempo sana heridas, e Iri finalmente comprendió ese dicho cuando 7 meses se habían ido como agua. Pronto nacerían sus bebés y cada marca en su piel se había desvanecido. Finalmente estaba en total plenitud, la vida lejos del ajetreo de la ciudad le sentaba demasiado bien.

-¿Entonces pronto comenzará tu licencia?

-Sí, ya vienen los meses difíciles.

Iri veía con demasiada ilusión su redondo estómago y la madre de su alumno no pudo evitar sentir ternura al observar esa escena, sin duda alguna ese joven tenía demasiada facilidad con los niños así como también era una persona a la que era fácil querer.

-Te deseo mucha suerte, tus hijos tendrán a una madre espectacular.

La madre tomó de la mano a su hijo y se despidió del pelinegro; este les despidió con la mano. Mientras los veía alejarse solo pensaba en que pronto estaría en ese lugar, recogiendo a sus hijos de la escuela. Iri estaba a punto de cerrar la guardería cuando vio que alguien se acercaba.

-¿Tu licencia empieza mañana?

La joven maestra con manchas de pintura en el mandil le ayudo a cerrar, Iri se hizo a un lado para no estorbarle. Cuando ella termino el omega se le acerco para mirarla de frente, la joven omega le sonrió y acaricio el vientre del pelinegro.

-Si, por eso quería encargarte que fueras mi suplente por estos meses.

-Encantada de suplirte si es por estos encantadores niños.

Iri sonrió al escuchar las palabras de su colega. Esa mujer le recordaba tanto a la amiga que había dejado atrás, estaba seguro que el par de damas encajarían bastante bien.

-Miren a quien tenemos aquí, tu barriga está más grande de la última vez que la vi.

El omega y su compañera omega voltearon para ver al hombre de la voz alegre, quien les sonreirá con un aire bastante elegante.

-¿Te estás burlando?

-Para nada, te ves demasiado hermoso así-. Dilean se agacho a la altura de la panza del pelinegro para poner su rostro y sentir como ese par de traviesos se movían cual lombriz en sal.

-Los dejare a solas, nos vemos en unos meses, Iri-. La maestra se despidió de ambos hombres y se retiro del lugar dejándolos a solas.

El joven de traje marrón alzo la mirada para ver el rostro de su amigo: -¿Último día de trabajo?

-Sí, el doctor me recomendó no moverme mucho ni tener emociones fuertes.

-Pórtense bien con mamá, si lo hacen este tío les dará todo lo que quieran.

Dilean deposito un suave beso sobre el vientre de Iri, se reincorporo para acomodarse el traje. El joven omega solo sonrió al percibir que todos a su alrededor trataban de una manera muy dulce a sus pequeños.

-Los vas a hacer unos mimados.

El abogado no pudo evitar reír ante el comentario del omega, coloco una de sus manos sobre el vientre del chico frente a él y comenzó a acariciarlo deteniéndose en el momento en que sintió una patada provenir de adentro.

-Creo que ellos no están de acuerdo contigo.

-Ahora se ponen en contra de mamá, ¿eh? Ya verán lo que les espera cuando nazcan.

Dilean quito su mano del vientre de su amigo para poder sacar un documento del maletín que llevaba y podérselo entregar al omega.

-Creí que querrías saberlo.

Iri tomó el documento y lo observo por unos instantes para poder  dirigir su mirada de nuevo hacia su abogado.

-¿Ya fue enviada?

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