Julián Damsel entro corriendo a urgencias con su hijo en brazos.
—Por favor, alguien ayude a mi hijo.
Un par de enfermeras y un doctor se acercaron, Julián puso a su hijo en la camilla que habían traído pero no dejaba de sentirse inquieto.
— ¿Qué pasó con el joven? —el doctor comenzó a examinarlo.
—Se encontraba estable pero empezó a sangrar de la nada.
— ¿Hace cuánto?
—Vine aquí lo más rápido que pude, no ha pasado una hora, tal vez unos cuarenta minutos.
Cuando el doctor escucho el tiempo se asombró, si dejaba pasar más tiempo tendría que decidir entre la vida de la madre o la de los bebés.
—Debemos intervenir, preparen el quirófano
El doctor dio unas instrucciones pero no fueron tan claras para Julián pues solo estaba preocupado por su hijo, solo siguió al grupo de personas hasta que una enfermera lo retuvo diciendo que no podía pasar y observó como las puertas de cristal se cerraban.
— ¿Qué te dijo? —Lua alcanzo a su marido fuera de la sala de quirófano.
Julián permaneció en silencio, no podía responder esa pregunta porque ni siquiera sabía la respuesta, su cabeza estaba llena de muchos pensamientos en ese momento. Fue hasta que sintió la mano de Lua en su espalda que reacciono.
—Nuestro hijo estará bien, él es fuerte.
—Se parece a ti, ¿no es así?
Lua negó con la cabeza y le dedico una gentil sonrisa a su marido para calmarlo: "Nuestro copito tiene tu bello corazón por eso no se rendirá fácil, tiene el sentido de proteger a la familia como tú"
El omega peliblanco condujo a su marido a la Sala de Espera para que tomara asiento. No muy lejos de ahí se encontraba el abogado hablando con una doctora cuando se percató de la presencia de Lua y Julián Damsel se despidió de ella para acercarse a los padres de Iri.
—Señores Damsel —al ver sus rostros sabía que algo estaba ocurriendo— Iba de camino a ver a Iri.
—No es necesario —el alfa rompió el silencio— Mi hijo se encuentra aquí, está dentro del quirófano.
En cuanto Julián Damsel termino de hablar Dilean salió corriendo hacia el área del quirófano, no podía dejar a su amigo solo, debía estar sintiendo mucho miedo.
—Señor no puede pasar, es área restringida —una enfermera retuvo a Dilean antes de que pudiera atravesar las puertas de cristal.
—Señorita usted no lo entiende, yo tengo que estar ahí adentro, él me necesita.
—No puedo permitirle entrar al menos que sea el marido del joven.
Dilean se quedó unos segundos analizando la situación, tal vez después de hablar tendría que arreglar muchos malos entendidos pero estaba dispuesto a sacrificar lo necesario para que Iri no volviera a sentir soledad o dolor. Tal vez no sea el marido, pero si era la familia de Iri.
—Yo soy el padre de los niños que espera, debo estar ahí.
—Lo siento mucho señor, no lo sabía —la enfermera lucía algo apenada— Acompáñeme, lo llevare a que le pongan ropa de seguridad y lo desinfecten para que pueda entrar con su esposo.
El abogado siguió a la enfermera haciendo caso a cada una de sus indicaciones, el tiempo que pasaba le resultaba interminable, solo se preguntaba como estaría Iri y se repetía una y otra vez que estaría ahí pronto como si el omega pudiera leerle el pensamiento.
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INTER CINERES
Short Story¿Alguna vez te enamoraste y te rechazaron por quien eras? Todos lo hacemos, que aviente la primera piedra quien este libre de ese tormentoso pecado. Duele pero no morirás por ello, menos si tienes dos corazones que debes proteger y te llaman papá.