XI. Navidad II.

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XI.
Navidad II.

— Pobre niña. — Escúcho que decía una voz a lo lejos, mientras que alguien le acariaba la mano.


—¿Qué? — pregunto débilmente.

La pelirroja abrió  lentamente los ojos. Sobre ella había algunas luces y sentia algo de náuseas.

Por lo visto había resbalado en la sala y golpeado su cabeza contra el suelo. Los dueños de la panadería estaban allí junto a ella. Queenie estaba sentada en una silla junto a ella y su esposo estaban parado detrás con una mano apoyada en el hombro de la rubia. Leia sentía ganas de vomitar.

Queenie y Jacob la ayudaron a reincorporarse en la cama.

—¿Te encuentras bien? —preguntó Jacob, asustado.

—Sí —dijo Leía medio dudosa, mirando rápidamente hacia todos lados. No reconoció el lugar — ¿Donde estoy? — pregunto algo  desorientada.

— Estás en la enfermería del ministerio, cariño. — contesto Queenie, quien estaba junto a Jacob.

¿Qué rayos estaba haciendo allí? Lo último que recordaba era a Collins, ese bastardo... Y Molly¿Donde estaba Molly?

— Tranquila pequeña — Queenie tomo su mano de forma maternal —, tu hermana está con la mía en su oficina dibujando, ella no sabe nada de lo que ha pasado.

— El ministerio... Lo que ha pasado — balbuceaba la pelirroja sin entender.

— Antes de desmayarte lograste lanzar un hechizo a ese bastardo para que no te hiciera nada — Leia no podía creer lo que Queenie le contaba — El ministerio recibió una alerta de que usaste magia y gracias Merlín mí hermana y yo acudimos.

— ¿Cómo lo saben?

— Tu vecina, la señora Minisky, es una de nosotras. — Leia no lo podía creer, la señora Minisky, siempre le pareció una muggle muy normal — Ella estaba paseando su perro por el vecindario, cundo vio por el ventanal de tu casa, como ese hombre te atacaba. Ella ya se hallaba en el lugar cuando nosotras llegamos. — la pelirroja asintió mientras intentaba procesar todo.

— ¿Qué clase de hechizo? — pregunto asustanda. De por si el ministerio prohíbe el uso de magia hasta la graduación, y si a eso se le suma que hechizo gravemente a un muggle, Leía podría decirle adiós a su libertad y prepararse para las visitas de sus amigos en Azkaban.

— No tienes que preocuparte por eso, cariño. Solo lo hiciste flotar unos metros, como un globo. — dijo la bruja y a Jacob se le dibujo una pequeña sonrisa de imaginarse a ese patán asustado, mientras los muggle que lo veían trataban de golpearlo con una escoba para explorarlo (creyendo que era un globo).

— Es cierto, ese truan se lo busco — dijo el muggle —. Además, Theseus y Newt está hablando con los jefes de las chicas, no tienes de que preocuparte.

— ¿El profesor Scamander? — se exaltó y la bruja mayor asintió.

— Es el cuñado de mí hermana.

Era cierto él ex- Auror se encontraba a un piso de distancia de ella. Saliendo furioso, junto a su hermano, de una de las salas que se usan como tribunal.

Sana mis heridas [Theseus Scamander]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora