XVI. Capricho.

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XVI.
Capricho.

Cuando Leia por fin abrió los ojos se encontró en un lugar que no conocía. Su cabeza dolía un poco, y sus recuerdos de lo que había pasado iban  llegando uno a uno.

La pelirroja se incorporó en la cama en la que se despertó y con su mirada registro todo el lugar. Se trataba de un dormitorio gigante con paredes de piedras y grandes ventanales al lateral de la cama, la decoración era escasa pero casi toda era amarilla y negra.

—Ya despertaste — Theseus entraba a la habitación con una sonrisa y se sentó en la cama junto a ella — ¿Te encuentras bien? — le pregunto tomando sus manos.

La tejona asintió con una sonrisa, estaba feliz de volver a verlo a salvo. Leia no estaba segura en que momento el profesor Scamander se había vuelto tan importante para ella.

—¡Oh, gracias a Merlín despertaste! — una profesora McGonagall muy eufórica entro en el cierto, provocando que la pareja se suelte de las manos — Lei, como me alegro de que estés mejor — la profesora se acerco a ella y Theseus se levantó para posicionarse junto a la profesora McGonagall — Espero que el profesor Scamander te este tratando bien — la profesora le envío una mirada dura al exAuror.

Leia no sabía que contestar. Pronto se dio cuenta de que estaba en la habitación del profesor Scamander. ¿Cómo podría explicar eso, si ni siquiera ella sabia que hacía allí? Pero el castaño se le adelantó.

—Claro que si, profesora McGonagall. — la pelirroja los miraba confundida.

—Que no te de pena Lei — dijo la castaña al ver la cara de la joven bruja —. El profesor Dumbledore ya nos ha informado al director Dippet y a mí sobre su matrimonio — a la pelirroja casi se le salían los ojos al escuchar a su profesora de transformaciones — Claro que fue una imprudencia por su parte al no esperar a tu graduación — miro mal a Theseus y luego volvió a ver con suavidad a su alumna — Pero entiendo que el amor muchas veces no conoce de paciencia.

Theseus noto la cara de incomodidad de su esposa y carraspeó para llamar la atención de la profesora McGonagall.

—Creo que ya es hora de su clase, profesora.

—Cierto — dijo la profesora al mirar el reloj de la pared. Y cuando estaba a punto de salir se paró junto al profesor Scamander para susurrarle algo al oído —. Si le rompe el corazón yo rompo tu varita, ¿Entiendes? — miro los pantalones del ex-Auror y se marchó con una sonrisa en los labios. Dejando al profesor Scamander exaltado, nunca creyó que una mujer tan seria y educada como Minerva McGonagall le dijera algo como eso.

—¿Ocurre algo? — las palabras de la pelirroja lo sacaron de la sus pensamientos y negando con la cabeza se acercó a ella. 

—Lo siento, cuando llegamos ellos ya lo sabía — Theseus suspiro e hizo una pausa, no sabía cómo se tomaría Leia lo que le tenía que decir —  Deberemos dormir juntos — la cara de la pelirroja se transformó y dejaba ver su confusión — Quiero decir, en la misma habitación— La pelirroja asintió no muy convencida —  Por los demás alumnos no te preocupes, a la profesora McGonagall se le ha ocurrido decir que te han nombrado mi asistente especial por lo cual se te ha asignado una habitación cerca de mí despacho.

—¿Es acaso algo creíble? — pregunto no muy convencida.

—No lo creo — cuando pro fin se miraron, ambos rieron con soltura, dejando de lado la situación y siendo ellos mismos — Me alegra que lo tomes bien. — dijo y bajó la mirada.

—A comparación de lo que eh pasado los últimos 8 años, esto no es nada. —  Leia no mentía, si estuviera atrapada en esa situación con cualquier otra persona se sentiría súper incómoda y con algo de temor, pero se trataba del profesor Scamander, él hombre que la vio en su peor momento y aún así se quedó sin juzgarla.

Sana mis heridas [Theseus Scamander]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora