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Harry se quedó paralizado. Las palabras de ____ provocaron que una amarga decepción colisionara directamente con un cínico triunfo. «Te tengo». No sabía qué la había hecho reaccionar esa noche, pero finalmente iba a reconocer la verdad de quién y qué era.

—¿Qué es lo que no puedes hacer?

____ dio un paso en su dirección, movimiento que la sacó de la sombra y la sumergió en un charco de luz de luna.

—No puedo seguir llevando este estilo de vida. Lo siento... erróneo.

Tuvo que reconocer que no era lo que había esperado.

—¿No disfrutaste de la velada?

—La velada... o al menos la segunda parte, fue increíble. Pero no todo lo demás. No los adornos y la fachada que tuve que adoptar —su expresión mostró preocupación—. ¿Es necesario, Harry? ¿He de convertirme en la mujer que era antes con el fin de que nuestra relación funcione?

—No —la palabra escapó de su boca antes de poder detenerla—. Puedes ser la clase de mujer que desees.

—¿Y tú seguirás amándome?

La pregunta lo quemó como ácido.

—Mis sentimientos hacia ti no cambiarán.

—¿Aunque yo haya cambiado?

—Dale tiempo, cariño.

____ eliminó el espacio que los separaba. Apoyó las manos en su torso y le aferró la camisa.

—No quiero ser la mujer que me describiste antes. ¿Cómo puede gustarme o ganarse mi respeto si por dentro es tan superficial como por fuera? Quiero ser quien soy ahora. ¿Puedes vivir con eso? ¿Podrás aceptarlo?

No era él quien no podría aceptarlo, sino ella. En cuanto recobrara la memoria. Pero, ¿Cómo contárselo sin revelarle el resto?

—No es mi decisión —dijo, la voz ronca por el pesar—. Si tu memoria vuelve, serás quien eras antes. Los acontecimientos que hayan podido ocurrir desde entonces quizá alteren algo tu perspectiva. Pero serás la ____ O'Dell que conocí por primera vez.

Movió la cabeza mientras los ojos se le llenaban de lágrimas.

—Casi puedo oír el avance del reloj. Sólo que en esta versión no sé en qué se convierte Cenicienta al dar la medianoche. Le tengo miedo a esa otra mujer, temo convertirme en alguien que no me guste.

—No entiendo. ¿No quieres recordar?

—Sí. No. El modo en que tú te comportas... —volvió a mover la cabeza—. El modo en que se comporta todo el mundo hace que me pregunte qué no me estás contando. Hasta Rosalyn...

Diablos.

—¿Qué pasa con ella?

—Estaba irritada contigo por algo. Por favor, no lo niegues —añadió antes de que él pudiera hablar—. Sé leer entre líneas. También te oí discutir con Francesca en Styles Exclusive. No soy idiota, Harry. Me estás ocultando algo. ¿Qué?

—Nada.

Entonces las lágrimas cayeron.

—Mientes —susurró, sin intentar esconder su dolor—. Dijiste que justo antes del accidente habíamos tenido una pelea. ¿Estábamos a punto de romper? ¿Es eso? ¿Es lo que no te atreves a contarme? ¿Estás esperando que mi memoria regrese antes de ponerle fin a nuestro matrimonio?

—Discutimos —admitió—. Y es posible que cuando recobres la memoria tú quieras ponerle fin a nuestro matrimonio.

—¿Por qué?

El Infierno 03Donde viven las historias. Descúbrelo ahora