Siempre me he preguntado si el resto de personas perciben cada fracción de segundo como yo lo hago, si sienten el pudor del aire y el sol decayente por el horizonte, esa empatía irracional por un desconocido, esa esperanza de ser amado por alguien a quien amas; realmente no lo sé, no sé nada de nada, solo sé que el tiempo me da miedo y que la idea de la muerte me produce alivio, solo sé que temo temer y que temo dejar de hacerlo, solo sé que quiero saber y que no sé
Son las 18:00 del 5 de enero, estoy en frente de una ancha puerta color marrón de madera barnizada, hace 3 minutos he conocido a su madre, hace 2 ella me ha señalado el camino hacia su cuarto, un pasillo iluminado por los rayos solares nacientes de las habitaciones a sus extremos, un pasillo de 4 metros de largo que me ha llevado a parar hasta dónde me encuentro ahora mismo, con una mano sobre un pomo plateado y con la extremidad gemela cayendo como péndulo al aire; cuento hasta 10, inhalo tanto oxígeno como mis pulmones son capaces de almacenar y entro; a primera vista sin posibilidad de ignorancia hay un gran ventanal, en forma de u invertida, la luz amarillenta coloniza la habitación como si de una dictadura se tratase, a escasos centímetros del ventanal hay un chico, un chico acostado sobre una cama, con su espalda apoyada vagamente contra la pared y sus piernas colocadas con semejanza a una montaña rusa
Q quieres?
Q quiero? es lo que pienso al instante1 de enero
Estoy, estamos en el supermercado, mi madre y yo, no hay nada que me cabree más que el odioso chirrido de un carro defectuoso, el sonido de delirio provocado por una rueda embelesada de suciedad y otras cosas que no puedo determinar con exactitud, y por echar la culpa a algo, ya que mi mala suerte me odia, culpo al destino que me ha condenado a sufrir durante media hora esa melodía cancerígena. Mientras mis pies caminan, mis manos sujetan el vehículo con fuerza y mis ojos deseosos indagan precios de alimentos deliciosos que nunca compraremos, que nunca me comprará; y digo vehículo porque este endeble carrito metálico puede convertirse en un avión con tan solo un leve empujón, un poco de confianza y un apoyo del diafragma sobre el posamanos, una intrusión madura sería decir que esa incensatez solo la hacen los niños pequeños, pero la madurez no es una excusa para no poder disfrutar, así que ahí voy, a mucho menos de 1 km por hora por un ancho pasillo de azulejos blancos, contrariando mi visión de un lado a otro y absorbiendo paciencia para que en cuestión de segundos el aburrimiento no me abrume, entonces un obstáculo aparece en mi campo periférico, una mujer de abrigo y sombrero rojo me impresiona en el último instante, ese instante de salvación ha pasado corriendo, mi vehículo gira totalmente al lado opuesto al que fuerzo y pum, golpe en seco. No seré tan dramática, tan solo ha sido un leve choque entre carros, aunq para mi madre, que contempla la situación a distancia, ha sido una brutal colisión, un castastrófico accidente, su mirada airada y amenazante lo demuestra, sus pasos indeterminados y sobresaltados lo corroboran, sus palabras, por último, me lo confirman
No te había dicho que dejases de hacer eso
Sin márgen de defensa su atención se dirige a la mujer de abrigo rojo
perdone, no se queda quieta, se ha hecho daño?
Z, cuando escucho el nombre de mi madre en boca de esa desconocida la curiosidad me invade, al mismo tiempo aparta las gafas de sol que impedían libertad a sus ovalados ojos azules, las luces lineales artificiales del establecimiento hacen que se degraden en un tono lila
V, mi madre grita alegremente y una expresión de nostalgia emerge de su cara, ambas se abrazan fuertemente durante varios segundos, segundos donde el silencio está presente y yo retomo la compostura de mi respiración
V esta mocosa que casi te mata es mi hija, YHola, es lo único que se decir, sinceramente es lo único que considero que se puede decir en una situación como esta, eso o encantada, pero sería mentir porq no la conozco y no he tenido tiempo suficiente para averiguar si me siento complacida por conocerla, es una de esas costumbres que adoptamos sin más, un instinto programado que sale de nosotros, como el buenos días
Sin embargo ella parece no pensar lo mismo que yo y salta eufóricamente a abrazarme
después de nuestro incómodo contacto físico me mira
Que guapa eres, has salido a tu madre
Yo en cambio me observo a mí, el reflejo de mi en sus córneas traslucidas me obliga a hacerlo
Respecto a su comentario, es verdad, no en relación conmigo, yo no me considero guapa, si no, normal, del montón, depende del día sobre todo; me refiero a mí madre, mi madre si q es guapa, es de ese tipo de personas que la vejez parece rejuvenecerles y hacerles lucir más hermosas
Estaría más mona si se deja el pelo suelto, interrumpe mamá, con una de sus manos acariciando mi cabello verticalmente en bucle
Fue ese mismo día, 5 minutos después de aquel suceso en el q supe quién era el
Yo no era buena en los estudios, no porq fuese tonta, más bien es q me aburría intentar entender algo q no quería comprender, pero mamá y su madre me insistieron en q el me diera clases, tal y como ella lo describió "le va a venir bien", lo decía por él y no por mí, pero la arrogancia de mi madre que siempre cree tener protagonismo respitió la misma frase mirándome fijamente, con el mismo tono vocálico y el mismo énfasis entre sus cuerdas
Así q aquí estoy en la habitación de un chico desconocido al q no le importa una mierda mi presencia
cierra la puerta
como una sirvienta reproduzco su orden resumiéndola en una simple acción, doy un leve portazo
oye yo tampoco quiero malgastar mi tiempo en esta gilipollez
su susurrante voz me interrumpe
quién ha dicho q yo no quiera?, sientate y deja de hablar
ns q es lo que me incita a hacerle caso, tal vez sea cierta atracción q siento hacia su intangible superioridad, simplemente cierro la boca y me acomodo en la silla q ha colocado en frente suya con uno de sus pies, arrastrándola por el suelo como trineo en nieve, su gesto con la cabeza confirma q ese es mi asiento
Fue ese día, ese mismo día en el que me volví adicta a él, él era una droga peculiar, yo no podía dejar de encapricharme con esa idea, con su curiosa y placentera voz susurrando a mis oídos, con su imponente y seca mirada sobre mis labios, sin embargo para él yo no era más que una niña estúpida a la que dar clases, una niña en la que él no se fijaría jamás, en cierto modo su fría indiferencia producía en mí mas afecto
Mi obsesión fue a más y pese a q mi conocimiento y rendimiento escolar habían mejorado mucho, suspendía a propósito algun q otro examen, tan solo para poder utilizar mi pésima nota como excusa para verle
Cuando le contaba algo me miraba tan profundamente que sabía q no solo oía, me escuchaba y la verdad es que nunca me había gustado tanto hablar sobre mi; hablaba sobre todo, preocupaciones, rayadas mentales, sobre todo lo que me gustaba y todo lo que odiaba; el se limitaba a observar y de vez en cuando inesperadamente añadía alguna q otra conjetura que me hacía querer seguir hablando, me sentí cómoda y eso es algo muy difícil de lograr, algo que tan solo el con su presencia consiguió
el tiempo parece pasar muy rápido cuando tienes un motivo por el q disfrutar de él, un día parece una hora, una semana un día, un mes una semana y un año, un año es una vida
Recuerdo un día, un día en el que mi forma de verle comenzó a cambiar, siempre habia supuesto que los chicos guapos deben ser imbéciles para compensar esa esencial ventaja, sin duda me equivocaba; su pared de hormigón desveló un precioso telón de personalidad, no puedo atribuirle una fecha concreta, dejé de observar com brazos cruzados el calendario
Nos encontramos en el tejado de su casa, al sentir el tacto en mis pies de esas mohosas, irregulares y marrones tejas supe de algún modo que aquel lugar no era un simple sitio al que acudir para estudiar
recuerdo mi emergente pregunta y su sincera y simple respuesta
- Un lugar para pensar?
- un lugar para olvidar
- Y tenia razón, pensar, eso lo hago a todas horas sin descanso, pero aquí, en este tejado, bajo las tenues nubes y el viento agitante que despeina mi cabello sin permiso, todo se olvida, todo se vuelve trasparente como un cristal y veo a través nítidamente sin preocupación o miedo, tan solo me dejo llevar
Unas horas después de aquello regresé a su cuarto para guardar mis libros y material en la mochila, despedirme de su madre y tomar rumbo a casa, donde mi madre me esperaría con su repetitivo q tal ha ido?
la cremallera de la mochila no cerraba, después de varios intentos mi paciencia se agoto y por alguna razón q desconozco mis ojos se vieron poseídos por un bloc de notas negro encima del escritorio, era la primera vez que estaba sola en su habitación, mi curiosidad fue una excusa para poder abrir aquel cofre del tesoro
Me asombraba su manera de escribir, yo nunca había sabido expresarme, me costaba demasiado encontrar las palabras adecuadas para poder hacerlo y si las encontraba me cuestionaba si realmente esas eran las palabras adecuadas. El escribía todo de una forma tan pura que me provocaba una incredulidad instintiva, su forma de ver las cosas era de admirar, entonces llegue a aquella página: que sentido tiene mi vida?, que quiero ser? Preguntas tan simples que creía saber contestar, bajo sus letras ya no se veían tan elementales. Desde ese segundo comencé a buscar las respuestas. Tras haber saciado mis expectativas desvíe mi mirada hacia aquella rosa, nunca le había dado importancia, incluso por lo perfecta q se contemplaba pensé que era falsa, de plástico, pero ahora veo q no, lo puedo saber por sus pétalos caídos, por ese color apagado que me recuerda a la palabra antiguo, por ese aroma que siempre ignoraba y q ahora no desprende
Pasado los meses el jarrón paso a ser hogar de varias rosas negras, nunca le pregunté por ellas, por su desafiante mirada al verme perpleja ante estas, supe q el tampoco quería que preguntara. Era un día más de aquellos en los que su estado de ánimo parecía defectuoso, escribió algunos ejercicios sobre un folio en blanco, me preguntó si sabía hacerlo, a lo que asentí con la cabeza como ademán de confirmación y permaneció allí durante 30 minutos, observando a algo que yo no conseguía ver, se mantuvo callado e indiferente con todo a su alrededor, incluida yo, era como si estuviese solo y su propia soledad le abrazara
Las horas volaron rápidamente, al igual que un rayo apareciendo en el cielo lluvioso, el sentimiento de sobrar no terminaba de encontrarme, utilizando la misma metáfora me sentía como el sonido del mismo, nunca me sincronizaba a su paso; en la entrada, con mi mano a centímetros de cerrar la puerta me percaté de que había olvidado un libro, entré una vez más a la casa, me disculpé reiteradamente por mi torpeza con V, cruzé el pasillo, ese mismo pasillo largo e imponente por el q surfee la primera vez, la puerta estaba entornada y tras ella la vi, vi la lágrima, la única lágrima que pude contemplar sobre aquel rostro, cayó en picado hasta su mejilla, corrió sin prisa, rozando sus labios rosados, desapareciendo con eficacia en la línea de su mandíbula
Volveré mañana a por el libro, es todo lo que debía hacer
lo primero en lo que pienso cuando lo veo con ese traje negro y esa piel tan blanca con intento de verse mejor maquillada es que va a abrir los ojos, quiero que los abra, necesito que los abra, pero nunca lo hace; no es que no acepte que haya muerto, simplemente no puedo aceptar no poder abrazarle y sentir sus latidos erizar mi cuerpo, no puedo soportar no verle sonreír, no puedo soportar saber que ya no está ahí, conmigo. Tomo la última rosa, marchita, ennegrecida como carbón, cierro los ojos y la beso, entonces se que aunq ya no esté ahi, siempre permanecerá de algún modo en aquellas personas que le amamos; veré su silueta en mi sombra, le escucharé entre mis palabras, le sentiré en mi manera de tocar cosas y le querré, siempre le querré, no podré dejar de hacerlo. Ns q haré para seguir hacia delante, solo sé que voy a sufrir. Algún día aprenderé a cicatrizar hasta el punto que esa herida profunda se convierta en una hermosa y traslucida marca y la idea de él constituira un bonito recuerdo al que recurrir cuando abunde la tristeza, o eso creo, supongo q olvidar es como soñar, cerramos los ojos confiando en que nos dormiremos, cerramos los ojos esperando que cuando los abramos sea el día siguiente; yo cierro mis sentimientos como un candado con llave, esperando q algún día solo pueda sentir amor hacia él