Michael está besando mis labios mientras mis manos recorren su cuerpo, debajo de esa ropa se esconde un cuerpo espectacular, lo sé por qué lo he visto en películas, pero sentirlo sobre mi cuerpo se siente mucho mejor.
— Eres realmente increíble – dice en mis labios
— Solo lo dices por qué quieres meterte entre mis piernas – digo en un jadeo.
— Ya estoy entre tus piernas cariño – Michael me sigue besando mientras yo solo quiero quitarle la ropa y montarlo a horcajadas.
Michael se quita la camisa, mientras me hace ponerme de pie y quitarme el vestido quedando solo en ropa interior, la mirada de lujuria con la que me mira me hace temblar las piernas.
— ¿Vas a mostrarme como te tocas mientras piensas en mí?
Asiento con la cabeza mientras me quito las bragas el sostén dejándolo caer al suelo.
Me acuesto en la cama mientras con un mano masajeo mi clítoris y con la otra mis pechos, el jadeo que sale de mi boca mientras veo a Michael bajarse los pantalones junto con los calzoncillos es gutural, su miembro erecto produce sensaciones desconocidas para mí, él menea su mano de arriba abajo por su polla mientras yo introduzco dos dedos en mi sexo, solo es cosa de segundas para hacerme explotar en mil pedazos. Michael deja su miembro mientras se posa sobre mi besando mi cuerpo desnudo desde mis labios a mis piernas.
— Eso fue increíble – dice jadeando – podría hacerlo todo el día, pero ahora móntame.
Le doy espacio en la cama mientras me subo a horcajadas sobre él.
— ¿Condón? – pregunto mientras dejo besos en sus abdominales
— Yo estoy bien si tú lo estas, estoy completamente sano.
— Yo, estoy... bien. – dejo caer mi sexo sobre su polla.
Un escalofrió recorre mi cuerpo mientras él deja salir un jadeo de esa boca sexy, vuelvo a besarlo mientras el sujeta mis caderas y comienza a moverse lentamente.
— ¿Podrás correrte así? – pregunto mientras sigo mi ritmo de arriba abajo sobre su polla.
— Podría correrme con solo verte mientras te tocas nena, contigo me he convertido en un maldito adolescente.
— Jodeeeeer, te sientes tan bien, no dejes de moverte.
Seguimos nuestro ritmo mientras no dejamos de besarnos, en un momento Michael me abraza y me hace rodar quedando sobre mí.
— Aunque la vista de abajo es increíble, quiero probar todas las poses contigo. Pon tus piernas en mis hombros.
Hago lo que dice, el placer que siento incrementa por mil, siento su polla mucho más profunda. Es solo cosas de minutos para sufrir un orgasmo nuevamente, Michael sigue moviéndose una y otra vez, se separa de mí haciendo que me ponga boca abajo.
— Sube esas piernas y baja la espalda, voy a follar este culo maravilloso que tienes – dice pasando sus manos por mis nalgas.
De un solo empujón entra en mí produciendo que otro orgasmo me haga explotar.
— Oh por Dios – digo susurrando mientras agarro las sabanas
— Nena el sexo contigo es increíble, pero no creo poder aguantar más – se mueve un poco más cuando siento su cuerpo colapsar sobre mí y su eyaculación correr por mis piernas.
Jadeamos uno al lado del otro, toma un mechón de mi cabello metiéndolo detrás de mi oreja mientras deja un suave beso en mis labios.
Se pone de pie yendo al baño de mi habitación, cuando vuelve coloca una toalla en mi sexo limpiando sus fluidos, pongo mis manos en mis ojos no queriendo mirar la escena.
— No tengas vergüenza Amy – dice besando mis labios y dejando mis manos a un costado – quiero todo de ti.
— Gracias por esta noche – digo poniéndome de pie y buscando mi ropa, comienzo a vestirme mientras él me mira desde la cama.
— ¿me estas corriendo? – dice divertido – no pensé que fueras una de esas mujeres que tenía sexo y luego salía corriendo.
— No lo soy, pero mañana debes trabajar y yo también. Y teniéndote aquí no dormiré.
— Mañana es domingo Amy – dice riendo
— Mmmm, yo...
— ¿quieres que me vaya? – pregunta mientras se pone de pie y toma mi mentón entre sus dedos
— Me sentiría más cómoda si te fueras – digo cerrando los ojos.
— No vas a librarte de mí fácilmente, ahora me iré. Pero pronto nos volveremos a ver.
— No lo creo – digo recogiendo su ropa – lo más probable es que mañana ya tengas a otra en tu cama.
— ¿eso es lo que crees? Pues te equivocas, no soy ese tipo de hombre y cuando me gusta alguien me quedo hasta el final, y tú pequeña Amy, tú me encantas – dice besando mis labios.
Cuando Michael sale de mi departamento me derrumbo en mí sofá, cierro los ojos pensando en todo lo que acaba de pasar esta noche, aun no lo puedo creer me acosté con Michael Cavill. El sonido de mi teléfono me hace saltar, lo tomo y veo el nombre de Michael iluminar la pantalla, dudo en contestar uno segundos y antes que deje de sonar contesto la llamada.
— ¿Hola?
— Amy... – dice con voz sexy
— ¿olvidaste algo? – pregunto dudosa
— Si, olvide decirte que mañana pasare por ti a las doce.
— ¿sí? no creo que sea posible
— Lo será nena, querrás levantarte temprano y pasar todo el día conmigo.
— ¿Dónde iremos?
— Te llevare a mi yate, comeremos mientras navegamos y quizás volvamos a tener sexo – presiono mis piernas tratando de evitar las sensaciones que me produce escucharlo decir eso.
— Esta... bien... – digo nerviosa – nos vemos mañana
— Estaré contando las horas para estar dentro de ti – dice antes de colgar.
Me desplomo pensando en que problema me he metido, esto se saldrá de control. Michael Cavill quiere pasar el día conmigo, ¡y en su yate!
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Enamorando al ENEMIGO
RomanceMucha gente se enamora de famosas estrellas del cine, y no soy la excepción, pero hay un pequeño detalle, él no es de mi agrado. Todo el mundo ama a Michael Cavill ¿Yo? Yo, lo odio. Soy Amy Miller, la mejor periodista de la revista de chisme más fam...