Parte 33

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Amy

Michael había salido ese día temprano, Sara había ido con él. Al parecer tenían que hacer muchas cosas con respecto a la investigación y querían estar al tanto de todo, Por lo que estaba sola en casa cuando todo paso.

Eran alrededor de las diez de la noche, mi bebé había estado todo el día muy llorona, por lo que me costó mucho calmarla y hacerla dormís. La había hecho dormir por fin en su cuarto, la deje sola mientras yo esperaba a Michael en la sala.

Revisando mi teléfono me había dado cuenta de que me había enviado un mensaje avisándome de que llegaría un poco mas tarde, que me fuera a la cama.

Por lo que decidí tomar un té y prepárame para dormir, esa noche me costo demasiado consolidar el sueño. Vi la hora por ultima vez a las diez y media. Luego me dormí.

Sentí mucho calor, Un olor asqueroso me despertó de repente, era tan espeso que me hacia toser una y otra vez. Tomando un gran aliento me di cuenta, era humo.

Me puse de pie y vi la hora en la mesita de noche, las doce la noche. Corrí rápidamente siguiendo el origen del olor, había humo por todo el pasillo, camine rápido a la habitación de Michelle y la puerta estaba cerrada, no podía abrirla, empuje un montón de veces sin tener éxito.

corrí al salón a tomar las llaves y fue cuando vi que todo estaba en llamas, de la cocina salían llamas gigantes, el sillón de la sala estaba en llamas, las cortinas y la alfombra. Comencé a entra en pánico vacié todos los cajones mientras buscaba las llaves, a lo lejos escuchaba la alarma del edificio sonar.

Cuando encontré las llaves el fuego casi me alcanzaba, corrí de vuelta a la habitación de mi hija tratando de abrir la puerta, mis manos temblaban sin parar, no podía encontrar las llaves.

Cuando por fin abrí la puerta sentí que mi corazón se hacia pedazos mis piernas flaquearon al ver las llamas en la cuna de mi hija toda su habitación estaba envuelta en llamas gigantes.

Caí de rodillas gritando y llorando desesperada.

Un par de brazos me alcanzaron y trataron de tomarme mientras yo pateaba y gritaba sin parar.

— Noooo, suéltame, Noooo – gritaba sin parar – mi hija está ahí, mi hija está ahí. Por favor sácala, por favor.

— Debemos salir de aquí – decía la voz a mis espaldas

— Mi bebé – grite – mi bebé.

Me sacaron a rastras del departamento, mi cuerpo temblando, los sollozos que salían de mi cuerpo eran horribles.

Veía como la gente corría hacia las escaleras, como bomberos llegaban con extintores apagar el fuego.

— Mi bebé – le dije a uno tomando su mano – mi hija está ahí, por favor...

Él me miro un momento y asintió, mientras gritaba que había un bebé dentro.

Cuando llegamos al vestíbulo mira a quien me saco de ahí, era el conserje del edificio

— Lo siento mucho – decía mientras me abrazaba.

La gente se agolpaba en la entrada del edificio mientras más bomberos entraban y salían. Veía el camión de bomberos tirando agua hacia el ultimo piso, donde estaba mi hija.

Unos gritos me hicieron volver a la realidad, era Michael tratando de llegar hasta a mí.

Me solté de los brazos que me sostenían y corrí hacia él.

Michael me tomo a medio camino, me miraba sin saber que estaba pasando mientras yo comenzaba a llorar cada vez más.

— ¿Dónde esta Michelle? – preguntaba mirándome a los ojos.

Comencé a llorar mas fuerte, mis piernas cedieron y caí al piso junto con él.

No podía, no podía decirle que nuestra hija ya no estaba.

— Mi bebé – dije en un susurro – mi bebé.

Trate de ponerme de pie y correr hacia las escaleras tratando de volver al departamento.

Michael me atrajo a sus brazos susurrando en mi oído, que todo esta bien. Pero nada estaba bien, nada.

Todo esto era una pesadilla, una maldita pesadilla. 

Enamorando al ENEMIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora