Parte 20

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Michael no llego ese día, en los dos siguientes, recibí un mensaje que decía que todos los vuelos habían sido cancelados por el clima.

Luego de la visita a Eleanor mágicamente todas las noticias desaparecieron. sentí por una vez la victoria.

Mi teléfono suena en la cocina, corro alcanzarlo justo antes que cuelguen, veo el nombre de Michael y sonrió.

— Cariño – dice – ¿cómo estás?

— Mucho mejor ahora que escucho tu voz – digo suspirando

— También te extraño, pero ya vez el clima no quiere cooperar.

— No importa, ¿Cómo va lo de la audición?

— Muy bien, siento que ese papel ya es mío.

— Serás el superhéroe más sexy, nadie se podrá resistir a tus encantos.

— Solo me importa que tú no te resistas – dice riendo – ¿ya tienes planeada una fecha para la boda?

— Sí, pero es un poco ridículo

— Nada jamás es ridículo nena ¿Cuándo quieres que nos cacemos? Tú sabes que por mi fuera apenas llegue.

— Quiero eso, quiero que nos casemos pronto. No quiero esperar, no hay por qué hacerlo, nos amamos y eso lo es todo.

— Me haces el hombre más feliz del mundo – dice con tono alegre.

— Según los meteorólogos los vuelos podrán salir en dos días, solo quiero tenerte conmigo.

Hablamos de cosas sin importancia por los siguientes momentos, nos despedimos y quedamos con vernos pronto.

El trabajo me consume por completo, no hay día en el que pueda descansar. Lina entra en mi despacho como todas las mañanas con un ramo de flores, tomo la tarjeta sonriendo mientras leo el mensaje de Michael.

no puedo esperar más para hacerte mi esposa.

Te amo

— Ese hombre es todo un galán – dice mi asistente sentándose frente a mi – ¿por qué no puedo conseguir uno así?

— ¿Por qué no tienes vida social? – pregunto riendo – si salieras más podrías tener miles de hombres detrás de ti, eres hermosa.

Tomo las flores y las acomodo en mi escritorio, un olor asqueroso llega a mi nariz haciendo que me den nauseas

— ¿Qué es ese olor? – pregunto tapándome la nariz

— No hay olor a nada más que flores Amy – dice Lina

— Pero es un olor muy asqueroso

— No, es el mismo olor de siempre. Oh dios mío, estas embarazada – grita emocionada

— No seas tonta – digo riendo – espera, ¿Qué fecha es hoy?

— ¿Veintisiete?

— ¿De qué?

— De julio – dice poniendo los ojos en blancos

— Mierda – digo agarrando mi teléfono

Reviso mi agenda y me doy cuenta de que no me ha bajado este mes el periodo, sonrió un poco sin saber que hacer, ¿quizás sea el estrés? O ¿podría estar embarazada?

— ¿Por qué estas sonriendo?

— No lo sé, estoy nerviosa.

Marco el número de Isidora, ella responde con su alegre tono y dejo caer la bomba

— No me ha bajado este mes – digo suspirando

— ¿Y eso que? Oh cielos, oh por dios, ¿ya te hiciste una prueba casera?

— Acabo de darme cuenta

— ¿Cuándo debió bajarte?

— Según mi calendario hace veintisiete días, siempre soy como un reloj.

— ¿estás en el trabajo?

— Si

— No te muevas, iré a la farmacia y comprare lo necesario, estaré ahí en diez minutos.

— Eres una gran amiga – digo conteniendo las lágrimas.

— Por eso me amas, ahora cálmate y respira. Voy para allá.

Cuelgo el teléfono y le cuento a Lina que Isidora viene en camino.

— ¿estabas queriendo quedar embarazada? – pregunta Lina

— No, o sea sí, pero no ahora, la idea era después de la boda.

— ¿crees que Michael se enoje?

— No, al contrario.

Cuando Isidora llega Lina vuelve a su puesto de trabajo y me pide que le avise cualquier cosa.

— Bien ¿tienes ganas de orinar?

— Si, hace días que me dan muchas ganas.

— ¿Qué más te ha pasado estos días?

— He estado muy sensible, he llorado mucho, me duelen los pechos, pero pensé que eso era porque me iba a bajar el periodo.

— Amy, toma – dice entregándome una bolsa – ahí hay un vaso debes orinar, recoger unas gotas y ponerlas en las pruebas.

— ¿las? – pregunto confundida

— Compre tres por si acaso – se encoge de hombros

Me encierro en el baño mirando fijamente las pruebas por sal menos cinco minutos un golpe en la puerta y voz de mi mejor amiga me sacan de mi aturdimiento

— ¿Cariño estas bien?

— Sí – digo sacándolos de sus envases – lo hare ahora

— Estaré aquí por cualquier cosa

Hago lo que Isidora dijo y espero, abro la puerta y la dejo entrar.

— ¿y?

— Hay que esperar dice aquí – digo pasándole la caja con las instrucciones.

Trato de mirar a otro lado mientras ella las lee en voz alta

— Entonces, dos es positivo, uno es negativo

Asiento con la cabeza y escucho su grito de alegría, me doy a vuelta y la veo llorar. Me abraza y dice que me ama.

Miro sobre su hombre y veo las tres pruebas con dos rayas, todas positivo.

— No lo estaba buscando ¿lo sabes verdad? – digo llorando

— Lo se nena, este es un regalo del cielo.

Lloramos juntas abrazadas.

— ¿vas a llamar a Michael? – pregunta

— Llega mañana, creo que sería mejor que se lo cuente en persona.

— Estoy de acuerdo, no puedo con la emoción.

— Tengo miedo – digo mirándola a los ojos – ¿y sí?...

— No, ni se te ocurra. No pensaras en los y sí. Todo saldrá bien, esta vez todo saldrá perfecto.

— Prométeme que no le dirás a nadie.

— no debes pedírmelo, sabes que puedes confiar en mí. confió en las palabras de Isidora, solo tengo que confiar en mí.

Esa noche no duermo pensando en cómo decirle a Michael que estoy embarazada, decirle que será padre. 

Enamorando al ENEMIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora