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14. Un beso: Parte II

Tengo que andar muy atento 

Para no perderme detalle de ti,

Y si hay que nombrarlo de un modo

Diré que te amo por llamarlo así.

Por ti descubro

Lo poco que queda de mí....

(Lo poco que queda de mí - Ricardo Arjona)

Aunque Olivia le advirtió enfáticamente que haría eso, a Martín se le escapa un ruidito de sorpresa que se pierde en los labios de ella. La boca sensual y generosa de él se siente tan bien como se esperaba. Sus labios son suaves y dulces contra los de ella, y cuando las manos de él amoldan su cintura y la acercan un poco más a su cuerpo, Olivia se funde contra él.

Huele a esa colonia increíble, y su boca sabe a menta y a azúcar, como si hubiera estado comiendo algo dulce. Su beso es delicado y suave, tal como él le dijo que lo quería, como si tuvieran todo el tiempo del mundo. Sus corazones laten uno contra el otro, tan fuerte que Olivia no sabe si es su propio latido o una reverberación del de él lo que parece hacer vibrar todo su cuerpo. Sus labios se mueven en sincronía, y el aire se siente electrificado. Cuando sus lenguas se tocan por primera vez, Olivia se siente tan sobrecargada de sensaciones placenteras que cree que podría desmayarse.

¿Para qué drogarse, si besar a este hombre se siente así?

Él la atrae un poco más cerca, y la sensación de estar contra su cuerpo arranca un gemido suave de la garganta de ella, que él se traga con su beso.

Olivia se pierde en él. En la forma en que se siente su beso húmedo y caliente, en el tacto duro y firme de su cuerpo y la sensación dulce de su sabor en su boca.

Olivia está acostumbrada a catar café, y sabe que cuando tomas uno realmente bueno, no te bebes la taza entera. Solo tomas una cucharada para descubrir los matices y te detienes, pero no quiere detenerse. Solo quiere seguir besándolo por siempre.

Él se aparta primero, y apoya la frente en la de ella. Una sonrisa se dibuja en sus labios.

- Hola – Le dice él. Su respiración es desigual y pesada, y Olivia solo quiere sentir su aliento sobre el de ella

- Hola – Responde ella, devolviéndole la sonrisa

- No pensé que lo fueras a hacer de verdad – Admite él.

Todavía están abrazados. Las manos de él están en la cintura de ella, y Olivia puede sentir su calor a través de la tela delgada de su vestido. Ella tiene una mano en la nuca de Martín, y sus dedos siguen distraídamente sobre su piel.

El aire se siente cargado de una manera que ambos conocen. Se siente similar a esa anticipación antes de pisar el escenario, cuando estás a puertas de algo grande que está a punto de pasar.

Ella sonríe.

- No amenazo en vano, Martín Emilio – Susurra ella contra su boca

- ¿Hay alguna otra amenaza que deba escuchar? – Pregunta él, mientras desliza sus dedos con dulzura a lo largo del cabello de ella

- ¿Sería una cita muy rara si no hacemos más que besarnos?

- ¿Cómo... sin preguntarnos por nuestros días, o tener un poco de charla pequeña?

- Justo así – Asiente ella

- Estoy dentro – Acepta Martín, antes de inclinarse de nuevo hacia la boca de ella.