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40. Dos lechugas: Parte I

Lo importante no es llegar

Lo importante es el camino, 

Yo no busco la verdad, 

Solo sé que hay un destino...

(Eso que llevas ahí - Fito Páez)

2 años después.

Lo que empezó como una discusión amistosa con el barista está empezando a sacarlo de quicio.

- No, no, ¿cómo me vas a decir que un café floral no puede quedar balanceado?, ¡Todo está en la calibración del molino! – Alega él

- Preparo 200 cafés al día, Martín. Solo puedo calibrar una vez cada 4 horas. Bebe tu café frutal y déjame en paz

- ¡Pero me gustaba ese Blend que tenía notas florales! – Se queja él

- El café floral no es para todo el mundo. No puedo tener toda una degustación aquí. Esto es un Café bastante promedio, no una muestra de la Federación Nacional de Cafeteros

- Me dueles, José – Murmura Martín

- A veces no te soporto – Reniega José mientras le pone la tapa a su bebida y se la entrega.

Martín se ríe.

Durante los últimos dos años intentó encontrar un sustituto para el Bourbon, y a pesar de todas sus quejas, el café de José es lo bastante bueno.

El propietario lo deja entrar antes de abrir al público para que Martín pueda tomarse su primera taza de la mañana y dibujar un poco antes de irse a ensayar.

Es la primera vez que está aquí luego de dos meses de gira, así que deja de discutir con José porque realmente lo ha extrañado.

Martín desliza un billete en el tarro de las propinas mientras toma un sorbo de su vaso.

- Tengo que correr. Mañana me cuentas qué ha pasado en mi ausencia

- Solo vete. No puedo soportar tus erudiciones sobre café tan temprano en la mañana – Lo echa José

- Sabes que me amas – Lo contradice Martín

- ¿A dónde vas, si se puede saber? – Cambia de tema José – Desapareces por dos meses con tu vida de famoso, y ahora ni siquiera tienes la decencia de beberte tu café con calma como la gente.

José tiene unos 70 años y ama el café más que a su vida.

Martín está seguro de que se llevaría muy bien con Olivia.

Han pasado dos años desde que miró sus ojos por última vez.

Sería una mentira decir que sigue pensando en ella todo el tiempo. La desesperación ha menguado un poco con respecto a esos primeros meses.

Sigue sabiendo de ella por todos los amigos que comparten. Sabe que está bien, y eso le alegra. El punto de todo el dolor era que finalmente estuviera bien.

El vacío se ha vuelto más fácil de soportar, y Martín está orgulloso de sí mismo por ser capaz de sobrellevarlo.

Haber vuelto a la vida de la gira también ha ayudado bastante.

Están haciendo tramos intensos de dos meses con descansos de 20 días para equilibrarse, no solo por la salud de Martín, sino porque los demás tienen que atender los múltiples proyectos que iniciaron durante el año sabático que se tomaron.