Capítulo 35: Pastos, parte 3

12 2 0
                                    

No pudo evitar soltar el agarre de su mano. Pero, aún así, Wei WuXian salvó la lámpara deaceite de chocar contra el suelo. Con calma, rozó la lámpara contra el talismán de fuegoardiente que tenía en su otra mano, la encendió y la puso sobre la mesa —¿Hizo usted todasestas, gerenta? Están bastante bien hechas.

El resto finalmente se dio cuenta de que la gente que estaba en la habitación no eran humanosreales, sino maniquíes de papel.

Las cabezas y cuerpos de los maniquíes estaban fabricadas con gran delicadeza y eran delmismo tamaño que una persona real. Habían hombres, mujeres e incluso niños. Todos loshombres eran Luchadores de Sombras, por lo que sus cuerpos fueron creados altos, macizos ycon una expresión enojada. Por su parte, todas las mujeres fueron creadas con delicadosrasgos y con sus cabellos peinados en un moño simple o doble. Aún cuando estaban cubiertascon holgadas ropas de papel, todavía era posible ver sus agraciadas posturas. Los diseños delas ropas llegaban a ser casi más delicados que los bordados de una túnica de verdad.Algunos estaban coloreados con vívidas tintas y otros estaban sin colorear, siendo dejadoscon un tono gris cenizo. En cada una de las mejillas de los maniquíes, habían dos manchas derubor que pretendían pasar como la complexión sonrojada de una persona viva. Sin embargo,ninguna de las pupilas había sido añadida aún; sus ojos estaban completamente en blanco.Mientras más osado era el rubor, más sombrías lucían.

Había otra mesa en habitación. Sobre ella, se hallaban unas pocas velas, cada una con distintotamaño que las demás. Wei WuXian las encendió una por una y así la amarilla luz iluminócasi todos los rincones de la casa. Aparte de los maniquíes de papel, también habían dosguirnaldas de plantas en cada lado de la habitación. Por su parte, el papel de oro, el dinero defantasmas y las pagodas se encontraban apiladas junto a la pared.

Jin Ling ya tenía su espada levemente desenvainada, pero al ver que era solo una tienda quevendía bienes funerarios, suspiró con discreto alivio y enfundó su espada nuevamente. En elmundo de los cultivadores, aún cuando un cultivador fallecía, nadie utilizaba los extraños ycaóticos obsequios de despedida de la gente común. Debido a que los chicos nunca anteshabían visto cosas como estas, después del susto inicial, la curiosidad brotó desde el interiorde sus corazones. Con la piel llena de escalofríos, sentían que esto era más emocionante queir de cacería nocturna en busca de bestias ordinarias.

Sin importar cuán densa era la bruma, esta no podía colarse dentro de las casas. Desde quehabían entrado a la ciudad Yi, esta era la única ocasión en la que podían verse fácilmente losrostros los unos a los otros, lo que hizo que sus mentes se relajaran. Wei WuXian vio surelajo y le preguntó a la señora mayor —¿Sería posible que nos prestara la cocina? 

La señora mayor miraba con el ceño fruncido a la lámpara, como si le disgustara la presenciade cualquier tipo de luz —La cocina está atrás, úsenla como les plazca— Después de suspalabras, se metió rápido en otra habitación como si tratara de huir de una plaga. Cerró lapuerta tan fuerte que incluso algunos terminaron temblando.

Jin Ling exclamó —¡Definitivamente hay algo raro con la vieja! Tú... 

Wei WuXian respondió —Okey, shh. Necesito que alguien me ayude ¿Algún voluntario? 

Lan SiZhui se apresuró —Yo puedo ir. 

Lan JingYi todavía estaba parado tan tieso como una vara —¿Y yo qué hago entonces? 

Wei WuXian —Manténte parado. No te muevas si no te digo que lo hagas.

Lan SiZhui siguió a Wei WuXian hasta atrás, hacia la cocina. Tan pronto como entraron enesta, fueron embargados por un fétido olor. Lan SiZhui nunca antes había olido una esenciatan terrible. Si bien la cabeza le daba vueltas, logró detener el impulso de salir enseguida deahí. Jin Ling le siguió también pero dio un salto hacia atrás inmediatamente después de haberentrado. Abanicó con su mano el aire tan rápido como podía —¡¿Qué diablos es esto?! ¡¿Quéestán haciendo en vez de pensar en alguna cura?! 

Mo dao zu shi - historia originalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora