Capítulo 7: Arrogancia, parte 2

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Si estuviera más oscuro, uno necesitaría la ayuda de una antorcha para moverse librementeentre el bosque de la montaña. Wei WuXian caminó por un rato, pero no tuvo la fortuna deencontrarse con algún cultivador. Estaba bastante sorprendido, ¿Podría ser que la mitad delos clanes que vinieron a Los Pies de Buda estuvieran solo diciendo palabras vacías y la otramitad no pudo hacer nada más que volver derrotados, tal cual como las personas quepasaron por mi lado?


De repente, un grito de ayuda provino desde la dirección hacia la que avanzaba.


—¿Hay alguien aquí?


—¡Auxilio!


Voces tanto femeninas como masculinas podían escucharse, todas se oían envueltas por elpánico, por lo que era poco probable que fueran simuladas. Usualmente, los gritos de ayudaque surgían en las montañas eran la obra de criaturas malignas con la intención de atraergente ignorante a sus trampas. Aún así, Wei WuXian estaba extremadamente feliz.


¡Mientras más maligna era la criatura, mejor para él!


Comandó al burro hacia la dirección desde la que provenían las voces pero no pudo encontrarnada a sus alrededores. Al mirar hacia arriba, en vez de encontrarse con espíritus omonstruos, estaba el clan rural que había conocido en el prado anteriormente; colgados en unárbol dentro de una gran red dorada.


El hombre de mediana edad estaba patrullando y explorando el bosque junto con otros pocos.Sin embargo, en vez de toparse con la presa que esperaban, habían caído en una trampa dered, probablemente puesta por algún adinerado clan. Es por eso que ahora colgaban del árbol,quejándose y llamando por ayuda.


Después de ver que alguien se acercaba, inmediatamente se alegraron; pero la expectativa sedesvaneció cuando reconocieron que aquel que venía era el lunático. Si bien los hilos de lared atrapa-deidades eran delgados, el material era de fina calidad, haciéndolo difícil deromper. Sin importar si es un humano, dios, demonio, espíritu o monstruo; le tomaría unlargo tiempo al intruso liberarse, ya que esta red solo podía ser rota por una herramientamágica de grado superior. El lunático probablemente ni siquiera sabía que era, así que muchomenos sabría cómo sacarlos de ahí.


Estaba a punto de llamar a otros por ayuda cuando el sonido del crujido de ramas separándosey de hojas siendo pisadas se empezaron a aproximar. Un niño que vestía una túnica de colorclaro emergió desde el oscuro bosque.


El niño llevaba una marca bermellón (1) entremedio de sus cejas y sus rasgos en general erandelicados, a pesar de que algunos fueran más profundos y marcados. Era bastante joven,debía rondar la misma edad que Lan SiZhui, es decir, aún era un adolescente. Llevabaconsigo un canasto de bambú con flechas emplumadas y una luminosa espada en su espalda yen la mano, un arco largo. El bordado de su ropa era extremadamente delicado, formando unamagnífica peonía blanca en el centro de su pecho. Dorados hilos relucían en contra de lososcuros tonos de la noche que lo rodeaban.


Wei Wuxian exclamó silenciosamente —¡Qué adinerado!


Este debe ser un joven amo estudiante de la secta LanlingJin, ya que esa secta era la únicaque tenía una peonía blanca como patrón de su clan; usaban a la reina de todas las flores parasugerir que eran los reyes de todos los cultivadores. La marca bermellón implicaba elsignificado de "abrir las puertas hacia la sabiduría y aspiración, iluminando el mundo con laluz bermellón"

Mo dao zu shi - historia originalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora