Capítulo 49: Artimaña, parte 4

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Wei WuXian por fin pudo estar seguro de cuál escena era la que estaba presenciando.

En ese tiempo, cuando Nie MingJue recibió una información, comenzó un ataque sorpresa enYangquan.

Los ataques de Nie MingJue casi siempre habían sido exitosos. Sin embargo, debido ya sea aun error en la información o solo por pura suerte, nadie se esperó que este asalto loscondujera directamente hasta el líder de la secta QishanWen, Wen RuoHan.

A causa de un desacierto en el cálculo de sus fuerzas, la secta Qishan Wen abandonó suestado de pasividad. Capturó a todos los cultivadores participantes y los llevaron a la CiudadSin Noche.

Meng Yao se medio arrodilló a un lado de Nie MingJue —Nunca me imaginé que estarías enuna situación tan horrible. 

Nie MingJue solo dijo dos palabras —Piérdete. 

La risa de Meng Yao traía consigo un sentimiento de lástima —¿Todavía piensas que eres elrey de Hejian? Mira cuidadosamente, este es el Palacio del Sol. 

Uno de los cultivadores a su lado espetó —¿Palacio del Sol? ¡Es solo la guarida de los perrosWen!

La expresión de Meng Yao cambió y desenvainó su espada.

Una línea de sangre de inmediato brotó desde el cuello del cultivador. Murió sin hacersonido. Aquellos pertenecientes a su secta, gimieron y gritaron al tiempo que se lanzabansobre él. Nie MingJue estaba furioso —¡Tú! 

Otro cultivador rugió —¡Tú, perro Wen! Si te tienes tanta confianza, ¿Por qué no me matastambién? 

Meng Yao ni siquiera movió sus cejas. Con otro movimiento, la sangre fluyó del cuello deese cultivador. Meng Yao sonrió —Claro. 

Con su espada en mano, se erguía en medio de un charco de sangre con dos cadáveres decultivadores de blancas túnicas a sus pies. Preguntó, aún sonriendo —¿Alguien más quieredecir algo? 

Nie MingJue respondió fríamente —Perro Wen.

Sabía que solo la muerte era lo que le esperaba en el futuro próximo ahora que estaba en lasmanos de Wen RuoHan. Es por eso mismo que ya no le temía a nada. Si Wei WuXianestuviera en esa situación, él también habría maldecido abominablemente tanto como se lehubiese dado la gana antes de hacer cualquier otra cosa puesto que, de todas formas, iba amorir. A pesar de esto, Meng Yao solo sonrió, sin enojarse en absoluto. Con un chasqueo desus dedos, uno de los cultivadores de la secta Wen se acercó hacia él arrastrándose sobre susrodillas. Con ambas manos sobre su cabeza, posicionó una larga caja ante las manos de MengYao.

Meng Yao abrió la caja y sacó de ella un cierto objeto —Líder de secta Nie, ¿Por qué no leecha un vistazo a esto?

¡Era el sable de Nie MingJue, Baxia! 

Nie MingJue estaba enfurecido —¡Piérdete! 

Sin embargo, Meng Yao ya había sacado a Baxia y la sostenía en su mano —Líder de sectaNie, Baxia ha estado en mis manos en bastantes ocasiones en el pasado ¿No cree que ya esdemasiado tarde como para enojarse ahora?

Nie MingJue dijo una palabra a la vez —¡Quita tu mano!

Como si estuviera tratando de enfurecerlo a propósito, Meng Yao sopesó el sable en su manoy comentó —Líder de secta Nie, su sable, me atrevería a decir, puede pasar como un armaespiritual del más alto nivel. Dicho eso, a comparación del sable de su padre, anterior líder dela secta Nie, sigue siendo algo inferior. ¿Por qué no intenta adivinar cuántas veces el líder desecta Wen tendrá que golpearlo para quebrarlo?

Mo dao zu shi - historia originalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora