Capítulo 37: Pastos, capítulo 5

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Lan JingYi miró a través de la abertura de la puerta y luego de inmediato la bloqueó con sucuerpo —¡H-h-hay demasiados de ellos! 

Wei WuXian —¿De cadáveres caminantes? ¿Cuántos de ellos son muchos? 

Lan JingYi —¡No lo sé! Pero llenaron la calle por completo, ¡Posiblemente son cientos! ¡Ymás de ellos están viniendo! ¡No creo que los maniquíes puedan con ellos por mucho tiempomás! 

Si los maniquíes que estaban afuera fallaban en defender las puertas, todos los cadáveres quese encontraban en la calle se dirigirán veloces hacia la tienda. Si acababan con ellos,quedarían bajo envenenamiento cadavérico y, cuando empezaran a luchar, el venenocircularía con mayor velocidad. Y si el veneno no acababa con ellos, sus cuerpos seríandesgarrados y mordidos hasta la muerte por los cadáveres. Sosteniendo su espada, XiaoXingChen estaba listo para irse. Lo más probable era que quisiera hacer lo mejor que pudieracon toda la fuerza que aún le quedaba. Sin embargo, su rostro repentinamente se tornópúrpura y cayó al suelo.

Wei WuXian habló —Puedes simplemente tomar asiento y relajarte. Esto va a terminarpronto.

De nuevo, hizo un corte, ahora en su dedo índice con ayuda de la espada de Lan JingYi.Gotas de sangre empezaron a fluir.

Lan JingYi se ofreció como voluntario —¿Vas a hacer de nuevo la invocación? Si haces dospuntos en los ojos de cada maniquí, ¿Cuánta sangre vas a terminar usando? ¿Necesitas que tede un poco de la mía? 

De inmediato, otros pocos chicos se arremangaron las túnicas —Yo también puedo dar unpoco... 

Wei WuXian no se decidía entre reír o suspirar —Está bien así ¿Alguien tiene algún talismánen blanco?

Como los discípulos todavía eran demasiado jóvenes, aún no alcanzaban un nivel decultivación que les permitiera escribir runas en el mismo momento en donde ocurría laacción. Es por eso que todos los talismanes que cargaban consigo ya habían sido escritosencima con runas (1)

Lan SiZhui negó con la cabeza —No. 

Wei WuXian no estaba muy preocupado por ello —Los que ya están escritos también sirven. 

Lan SiZhui sacó un montoncito de talismanes amarillos desde el interior de su bolsa Qiankun.Sin embargo, Wei WuXian solo tomó uno de ellos. Después de darle un leve vistazo, juntó eldedo del medio y el índice de su mano derecha y garabateó arriba de la totalidad de las runasde cinabrio del talismán. El rojo carmesí y el bermellón del cinabrio formaron un nuevoconjunto de runas. Con un chasquido de su muñeca, el talismán amarillo y las runas rojas sesuspendieron en el aire y se encendieron por sí mismas. Wei WuXian acercó su manoizquierda para alcanzar las cenizas que se dispersaban. Luego, cerró su mano en un puño ybajó su cabeza levemente. Al abrir nuevamente su mano, sopló con suavidad las cenizasnegruzcas hacia la fila de maniquíes de papel. Exhaló —Con los fuegos de las llanuras esincapaz de morir, cuando los vientos primaverales soplan, recobra su vida (2) 

Las cenizas giraron alrededor de la habitación. 

El luchador de sombras que estaba parado en frente de todos los demás, de súbito, levantó elsable y lo puso sobre su hombro.

Una dama, que llevaba un moño alto y túnicas finas, elevó lentamente su mano derecha. Susdelgados dedos se torcían con agilidad, tal como si fuera una de esas lánguidas mujeres de lanobleza apreciando despreocupadamente sus largas y rojo sanguíneas uñas. Al lado de ladama, se encontraba de pie un niño de oro y una niña de jade (3); un par de niños sirvientes.El niño juguetonamente tiraba de la trenza de la niña mientras esta le sacaba la lengua. Esta,que era de casi nueve pulgadas(4) de largo, rápidamente se extendió desde el interior de suboca y apuñaló al niño, dejándole un agujero en el pecho mientras pasaba por él tal como sifuera una serpiente. Después del violento ataque, la lengua se achicó en un instante. El niñoabrió grande su boca, revelando dos filas de dientes fantasmalmente blancos y le mordió elbrazo. Habiendo hecho esto, los dos niños de papel empezaron a pelear.

Mo dao zu shi - historia originalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora