KOREA

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Cuando la bomba estalló, Brock Rumlow ya se encontraba muy lejos, completamente a salvo junto a su escuadrón, del cual, Jack Rollins y él mismo eran los únicos integrantes originales. Pese a las bajas y  los continuos incidentes, esta vez el blanco había sido eliminado y todo había salido a pedir de boca por primera vez en varios meses.

Aquella situación hubiera terminado en una tragedia, de no ser por los deslumbrantes reflejos del Soldado, quien, en un alarde de fuerza y velocidad había corrido hacia aquel artefacto y lo lanzó cien metros sobre sus cabezas, como si aquello fuera un balón y no una bomba de media tonelada. Ahora, el escuadrón de operaciones especiales de Hydra acababa de completar su misión y corría hacia la costa, donde los esperaba el equipo de extracción a bordo de un inmenso portaaviones, hábilmente camuflado.

—Hola Winter. —Brock saludó, aún sin aliento, dando un suave apretón amistoso al hombro del Soldado, cuando estuvieron a resguardo y convenientemente lejos de los otros elementos.

—Hola, Agente Ramlou.

—Ha pasado tiempo desde que nos vimos. —Aclaró con familiaridad. —Te extrañé.

—Lo siento. —Musitó el joven. A estas alturas, ambos eran casi de la misma edad. Brock mantenía aquella figura firme y esbelta, pero sus hombros y su pecho se habían vuelto más fuertes, gracias al exhaustivo entrenamiento. A su vez, Winter no había envejecido ni un ápice desde que se conocieron y aquello comenzaba a sentirse extraño a los ojos del otro.

—Siempre supe que lo lograrías. Eres el mejor. 

—Era mi deber cumplir la misión. —Aclaró el Soldado.

El joven agente se rascó la punta de la nariz, mientras le dedicaba una encantadora sonrisa a su compañero. —Yo sé que operas bajo parámetros de excelencia, pero no se trata de eso. Sólo quería agradecerte; aunque no era tu obligación velar por nosotros, nos has salvado el pellejo a todos. —El chico asintió en un tierno y casi imperceptible gesto.

—Es pertinente que todo mi equipo sobreviva y además, considero... positivo verte, agente Rumlow.

Por un momento, Brock extrañó aquella falla en la pronunciación que había llegado a adorar. Por otro lado, eso significaba que el chico había prestado atención a la manera en la que otros le llamaban y deseaba ser parte del grupo. —Yo también, Wint... er, Winter. —Corrigió. Escuchar a la máquina asesina más perfecta de Hydra charlando con él como cualquier colega lo hizo sentir genuinamente especial. —Eres un gran compañero de equipo y además me simpatizas mucho. Si lo deseas, puedes llamarme Brock cuando no haya nadie cerca.

—¿Por qué?

—Porque es una señal de reconocimiento y aprecio. —La brillante sonrisa de Brock se ensanchó aún más. —Yo confío en que alguna vez logremos ser amigos.

Amigos... —Reflexionó Winter. —Sería muy grato. 

De la nada, a mitad de aquella escena casi serena, el rugido de Kraven llegó desde el fondo del pasillo. En silencio, Brock adoptó una posición firme a un lado del corredor. 

No hubo tiempo para más. El agente Rumlow miró con horror cuando el puño derecho de Kraven se estrelló contra el rostro de Winter, quien a su vez permaneció impasible, con los labios rotos y una expresión neutra. 

—¡Pedazo de basura! Debiste haber apartado aquel explosivo antes. ¡Estuvimos demasiado cerca, idiota! —Gritó, mientras lanzaba nuevos golpes y puntapiés sobre el cuerpo y rostro del Soldado. Brock permaneció allí, sintiendo el peso de sus palabras sofocándolo. 

¿Amigo? Si realmente fuese un amigo de Winter no permitiría aquello. Lucharía contra El Cazador y afrontaría una muerte segura. Lo defendería y velaría por su bienestar y su libertad. 

Brock nunca había sido realmente amigo de nadie, así que cuando Kravinoff se marchó, vociferándole la orden de limpiar del piso la sangre del Activo, no hizo más que responder con un hueco y ensayado "Sí, Señor"

Cuando el corredor estuvo despejado, el agente se acercó a Winter y le ayudó a incorporarse. —Lo siento mucho. Yo...

—Lo entiendo, Brock. —Respondió el chico, mientras retiraba la sangre de su rostro. Aquella mirada gris, llena de compasión era mucho más de lo que un cobarde como él jamás merecería. Y aún así, muy por dentro algo comenzó a tomar forma. Una hipótesis... apenas una diminuta posibilidad que jamás había contemplado realmente. 

¿Y si pudiera liberar a Winter?   

CÓDIGO HYDRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora