Situación

1.6K 129 9
                                    

Sumario: Draco hablando con su psicomago de confianza.

■■■■■■■■■■

El heredero Malfoy se acomodó en la gran cama rodeado de almohadones de terciopelo, combinando perfectamente con las sábanas pulcramente blancas y el acolchado negro.

Él vestía un pijama de seda de dos piezas, que consistía en una camisa lisa y unos shorts cortos, ambos negros, ligeros y tremendamente suaves, que Pansy había sacado en su reciente línea de indumentaria.

Acomodó un bowl de uvas verdes a un costado y marco el icono del contacto de su psicomago en el Magic-phone, y esperó.

—Draco, hola, ¿cómo estás?—. Se escuchó la voz exasperantemente amable de la mujer del otro lado del aparato rectángulo.

El rubio dejó escapar un largo suspiro preparándose mentalmente para liberar sus molestias.

—Sanadora Martin, disculpe que la esté molestando fuera de mi horario, otra vez. Pero necesito hablarlo con usted, ¿tiene un momento para mi?—.

Claramente cuestionó por educación. Draco sabía que la sanadora estaba más al pendiente de su vida personal que el mismo Draco.

La mujer rió, por fin, apareciendo su rostro moreno y ligeramente maquillado en la pantalla.

—No te preocupes, Draco. Sabes que estoy para ayudarte cuando lo necesites—. Claro, para eso le estaba pagando una gran cantidad de galeones. —Ahora, cuéntame. Se trata sobre el Sr. Riddle, ¿cierto?—.

Resoplo con frustración contenida, casi tironeandose del cabello. Casi, porque jamás se dañaría su hermoso y sedoso cabello apropósito.

—Tom me está volviendo loco—. Soltó en medio de otro suspiro.

—Está bien, ¿loco cómo?—. Le preguntó intentando aparentar profesionalismo, pero sus ojos ansiosos e interesados la delataban.

El rubio le resto importancia, como siempre. No era tan estúpido como para contarle su intimidad y sus problemas a cualquier persona, sea sanador o no, profesional o no. Tenían echo un juramento inquebrantable, además, la misma pesadilla de sus frustraciones, o sea Tom Riddle, le había compartido un hechizo de dudosa procedencia, que le impedía divulgar lo que sea que haya dicho o hecho el mismo lanzador del hechizo.

Aún estaba en duda de si quería saber que le sucedería al receptor del hechizo si no cumplía.

—Me está volviendo loco. De todas formas—. Despotrico el rubio. —Es tan... tan... no lo sé. Es un témpano de hielo la mayor parte del tiempo, pero me reclama que soy suyo cada vez que otra persona se me acerca un poquito de más. Eso me pone los nervios de punta... aunque también me gusta bastante, la verdad. Oh, y al parecer, no sonríe, ni una mueca se le escapa. ¡Es de piedra el maldito! Pero una piedra tan hermosa. Él... me encanta, pero me vuelve loco con su indiferencia y después con su posesividad. Seguramente no quiere nada conmigo más que sexo y yo me estoy haciendo ilusiones como un adolescente hormonal enamorado. ¿Usted qué dice, Sanadora?—.

Y así siguió su verborrea, por horas y horas.

The end.

■■■■■■■■■■

Mi imagen del Draquito contando todo: *despotricando*, *suspiros enamorados*, *maldiciendo el día que nació Tom*, *otra ola de suspiros de colegiala enamorada*.

Buenas, beibis.

¡Espero que tengan un hermoso día, tarde o noche!

Les deseo un muy buen fin de semana a pura lectura que les guste y no la obligatoria de los estudios.

Algo así me imagino el pijama de Draco

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Algo así me imagino el pijama de Draco. Bien sensual el bebé. 🥵

¡Besitos!

Camila.

DratomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora