|CAPÍTULO 26|

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Tuve el valor de ir a la tumba de mi verdadera madre, solo era una lápida simple con su nombre en ella, estaba sucio, sin una flor, estaba abandonado. Me dolió tanto saber que ella sufrió tanto en esta vida, pero le doy las gracias por dejarme en manos de un par de personas increíbles.

—Gracias, mamá—digo dejando un ramo de flores en su lápida. 

La miro por última vez y me alejo con pasos lentos.

Supe que la mamá de Samuel se divorció de Manuel el cuál ahora se encuentra prófugo de la justicia. El saber que él era mi verdadero padre me dejó sin palabras, nunca supe si él sabía que tuvo una hija con Mía y realmente tampoco me interesa, tengo muy claro quién es y siempre será mi familia la cuál no la cambiaría por nada en el mundo.

LA BODA

—¡Estás hermosa!—dice mamá cuando me ve.

Tengo un vestido blanco largo, descubierto en los hombros, mi cabello atado solo en la mitad y la otra mitad suelto en ondas con un velo blanco largo como el vestido, mi maquillaje sencillo, mis tacones blancos son cómodos.

—Pareces un ángel—dice Nelson entrando con un ramo de flores blancos.

—Gracias—le digo a los dos, tomo el ramo.

—¿Lista?—pregunta papá a mi lado, me hace un gesto que lo tome del brazo, lo hago, sonrío y caminamos.

Nos montamos en una limusina que compró la madre de Samuel, ella siempre de exagerada.

Llegamos al lugar dónde cambiará mi vida para bien.

Llegamos al lugar mágico, nuestro lugar mágico.

Observo todo, los árboles haciendo un arco, decorados con lazos blancos y flores por todo lado.

Veo una alfombra muy larga color azul como el mar, mamá y Nelson se adelantan.

Los nervios vuelven a mí.

—Todo estará bien—dice papá.

—Te amo, papá.

—Te amo, princesa.

Y empieza a sonar una suave melodía.

Caminamos por esa alfombra, con ese paisaje a la vista.

El viento pega a mi cara y doy una amplia sonrisa.

Siento que es Sam, porque ella es como el viento, no se puede ver pero sí se puede sentir.

Veo bancas a cada lado, mucha gente.

Puedo ver a Valentina junto con su novio el modelo, Megan junto a su hermano sonriendo, Nelson junto a su padre, mamá en la primera fila agarrando el brazo de Jacob que tiene bocadillos en la boca, Laura junto con Carlos, Vanessa y Paúl junto a sus hijos, y por último veo al amor de mi vida junto al lago.

Hay un arco blanco en el inicio del lago, flores por el suelo indicándome el camino.

Veo la cara de Samuel y encuentro lágrimas y una sonrisa en sus labios.

—Te entrego lo que más amo en esta vida—dice papá.

Samuel asiente y toma mi mano.

—Eres la mujer más hermosa de todas—dice al frente de mí, seca sus lágrimas y vemos al sacerdote que nos casará.

El sacerdote habla y habla hasta que nos dice que digamos nuestros votos matrimoniales.

Samuel es el primero en hablar.

Yo Samuel Smith, te elijo para caminar a tu lado y que duermas en mis brazos. Te elijo para ser alegría para tu corazón y alimento para tu alma, para aprender de ti y crecer contigo, incluso cuando la vida nos cambie a los dos...Te prometo reír contigo en los buenos momentos y llorar junto a ti en los malos, prometo amarte siempre, día tras día, prometo navegar contigo en esta cosa llamada "vida" prometo hacerte reír y hacerte enojar por comentarios acerca de tus libros porque ¡Dios!—suelta una risa—Amo verte enojada por tonterías, te amo desde el día número 1, y siempre te voy a agradecer por enseñarme el significado del amor, te amo porque cuando te amo me amo y cuando te amo el mundo se me llena de colores como en una caricatura infantil...Hoy es el día en que mi vida comienza, toda mi vida he sido solo yo, solo uno. Hoy me convierto en esposo, hoy me vuelvo responsable ante alguien además de mi mismo, hoy me vuelvo responsable ante ti, ante nuestro futuro, ante todas las posibilidades que nuestro matrimonio tiene que ofrecer...Juntos sin importar qué pase, voy a estar listo para lo que sea...para todo, para aceptar la vida, para aceptar el amor, para aceptar todas las responsabilidades, hoy, Anthonella Murphy, inicia nuestra historia juntos hasta el final, y ya no quiero esperar más. Te amaré, cuidaré y protegeré en esta vida y en mil más.

Salen lágrimas, pero son lágrimas de felicidad.

Samuel toma mi mano y coloca un hermoso anillo en mi dedo.

Yo Anthonella Murphy—respiro y me pongo más nerviosa—Hoy uno mi vida a la tuya, no solo como tu esposa, sino como tú amiga, tu amante y tu confidente. Prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza...Quiero amarte, respetarte y permanecer a tu lado el resto de mi vida. Seamos tontos juntos, simplemente estúpidos...Tomemos malas decisiones, comamos las cosas equivocadas, tomemos los turnos equivocados y luego, contamos grandes historias, las mismas, por siempre jamás hasta que nadie nos pueda soportar más que el uno al otro. No quiero abrumarte con la pareja perfecta, porque perfecta no soy, ni busco que tu lo seas. No quiero que calles tus cosas porque para mi siempre es importante saber cómo te sientes. No busco adecuarme a ti porque compartimos pasiones diversas y adversas. No me hace falta un te amo a cada momento, quiero mirarte a los ojos y ver que lo haces. No quiero que te transformes en mi salvación porque valoro cada momento a tu lado. No quiero porque te Amo. Eres mi persona, mi amor y mi vida, hoy y siempre. Te amaré, cuidaré y protegeré en está vida y en mil más.

Coloco el anillo en su dedo, miramos al sacerdote y dice lo que he estado esperando por mucho tiempo.

—Los declaro, marido y mujer...Puede besar a la novia.

Todos aplauden y gritan.

Samuel retira el velo de mi cara, me mira a los ojos, mira mis labios y me besa.

Nos separamos y veo el lago, miro arriba de mí y veo esa vista al hermoso cielo.

Nunca se sabe que el mejor día de nuestra vida es el día más grande, no hasta que llega.

Uno no reconoce el mejor día de su vida, no hasta que lo estás viviendo, el día en el que uno se compromete con algo o alguien, el día que conoces a el amor de tu vida, el día que uno se da cuenta que no hay tiempo suficiente porque quieres vivir para siempre, esos son los mejores días. Hoy es mi día donde acabo de prometer amor eterno al chico que amo, me asusta un poco, no sé si seré una buena esposa o una buena madre o una buena abuela, pero daré lo mejor de mí, de eso estoy segura...

A mi lado veo una tortuga que está quieta junto a mis pies.

Sonrío cuando la imágen de Sam viene a mi cabeza.

Entonces comprendí que al final tenemos que seguir con nuestras vidas, solo tenemos que enfrentar el hecho de seguir adelante. Tenemos que dejar que el mundo siga girando...girando como se supone que debe hacerlo.

En la fiesta de boda, reunida con la gente que amo, veo al chico que tengo al frente que me toma de la cintura, siento la felicidad pura, soy feliz.

Suena Walk with me-taba chake.

Bailo con mi esposo la canción que más amo.

—Se cumplió—digo sonriendo.

—¿Qué—pregunta mi esposo.

—Bailar esto contigo.

Dicen que quién se enamora pierde ¿y saben?... Disfruté tanto perder.

                                                                                                     

¿Amarte u Odiarte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora