𝐁𝐞𝐬𝐭 𝐟𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝'𝐬 𝐛𝐫𝐨𝐭𝐡𝐞𝐫

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Nada más llegar a casa, me tiré en la cama y, pocos segundos después, sentí como se hundía por el peso de alguien sentándose a mi lado.

—¿Estás bien? —me preguntó Luke y supongo que supuso que no le iba a contestar, como los últimos días, porque cuando le respondí me miró sorprendido.

—¿Cómo te sentirías si de un día para otro Alex se enfadara contigo porque pensara que te has liado con Willie, pero no fuera así? —le pregunté limpiándome las lágrimas con la manga de la chaqueta.

—Bastante mal —me dijo él poniendo su mano sobre la mía, que estaba en mi rodilla.

Yo no pude más y me adelanté para apoyar la cabeza en su pecho y empezar a soltar sollozos. Luke se tensó los primeros segundos, pero enseguida me rodeó con los brazos acariciándome la espalda.

Estuvimos así durante un buen rato y, la verdad, no estoy muy segura de cuanto tardé en quedarme dormida, pero sí, me acabé quedando dormida en sus brazos.

Al despertarme a la mañana siguiente, vi a los chicos murmurando algo en un rincón de mi habitación mientras me echaban miraditas y me señalaban.

—Chicos —los llamé con la voz ronca, aún medio dormida.

—¿Te hemos despertado? —me preguntó Luke preocupado, pero negué con la cabeza, no quería que se sintieran mal por eso.

—Sarah, Mia está abajo. Lleva en el porche tres horas esperando a que despertaras —me dijo Alex y me quedé mirándole unos segundos sin decir nada.

—¿Tres horas? —le pregunté algo confusa.

Mia era una persona muy impaciente, no sería capaz de esperar a nadie por tres horas ni loca, así que fruncí el ceño antes de quitarme las sábanas de encima y dirigirme a las escaleras.

Al llegar al piso de abajo, noté a Julie en el salón muy tensa y, cuando me vio yendo a la calle, me miró alarmada, pero salí de todas formas.

Mia levantó la mirada nada más cerrar la puerta y vi sus ojos rojos.

Había estado llorando.

—Hola —me dijo y le hice un gesto con la cabeza a modo de saludo—. Yo... La verdad es que no sé que más decirte a parte de lo siento. Sabes que estas cosas no se me dan bien, pero he sido una idiota al creer que tú podrías engañarme de esa manera —nos quedamos en silencio—. Por favor, di algo, aunque sea, mándame a la mierda —me pidió, pero seguí en silencio, cosa que la hizo suspirar.

»Sarah, eres la persona más importante que tengo y los últimos días, pensando que no volveríamos a hablar o a abrazarnos todos los días, me rompía el corazón. Sentía que había perdido una parte de mí. Y de verdad, Sarah, de verdad, no sé que más decirte. Lo siento muchísimo —me dijo ella y, por fin, reaccioné, asintiendo con media sonrisa en la cara.

𝗗𝗲𝘀𝘁𝗶𝗻𝗲𝗱 ✓ ⭒ 𝗝𝗔𝗧𝗣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora