El vinculo de un nuevo comienzo

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Al día siguiente, Raquel ya se había ido, pero llegó un chico nuevo, rubio y de ojos azules. Decidí hablarle porque me gusta conocer gente. No sabía su nombre, pero no me importó.

—Hola, ¿cómo te llamas?

—Em... hola, e... me llamo Kai.

—Encantada, Kai, yo soy Helena.

—Hola, Helena —me dice en tono tímido.

Luego, después de clase, decidimos quedar Kai y yo para conocernos más. Fuimos al cine y luego a una heladería. Teníamos muchas cosas en común, había como un pequeño vínculo entre nosotros. Nos aburríamos y decidimos jugar al "yo nunca". Cada vez que hubiéramos hecho algo de lo que dijéramos, teníamos que darle un mordisco al helado.

—Empiezo yo. Yo nunca me he escapado de casa para ir a ver a alguien. —Muerdo el helado y Kai también. —No me lo esperaba, Kai. En clase se te ve muy tranquilo para hacer estas cosas. —No responde y se sonroja.

—Yo nunca me he pillado por alguien nada más conocerlo. —Kai muerde el helado intentando que no le viese.

—Yo nunca he intentado conocer gente que me valore. —Muerdo el helado sin pensarlo.

—¿Acaso nadie te ha valorado? Pues yo te valoro, así que no te preocupes. Siempre me tendrás aquí para todo.

—Gracias, Kai.

—En fin, me toca. Yo nunca he intentado que la gente me aprecie cambiando mi forma de ser.

—Mordemos ambos el helado.

—Bueno, Kai, me tengo que ir. Chau.

—Chao, Helena, hasta mañana.

Llegué a casa y llamé a Raquel. Me cogió y me contó cómo es Francia.

—¿Y... dónde estás? ¿En París, en Brest...?

—Ahora mismo estoy en Versalles, mañana ya iré a mi nueva casa en París.

—Cuando llegues, llámame y también mándame una foto de la casa.

—Lo haré, tranquila.

—Eso espero.

—Bueno, adiós, que me tengo que ir a cenar.

Me cuelga y me pongo a ver Netflix en la televisión de mi habitación. Me enteré de que salió una película de un libro que ya había leído: A través de mi ventana. La vi con toda la ilusión. Me empezaba a quedar dormida, así que pausé la película y apagué la televisión. Al día siguiente, me desperté temprano y, como no había nadie despierto, decidí seguir viendo la película. Al terminar, fui a desayunar y luego le mandé un mensaje a Kai.

Kai <3
            - Hola Kai, ¿hoy puedes quedar a las
            cinco en el parque?

•    Hola
•    Sí, a las cinco nos vemos
            
- Okay, chau

Ya eran las cuatro y me puse mi mejor conjunto. Todo esto tiene una razón: bueno, me gusta Kai, me parece muy mono. Y en lo del "yo nunca" que dijo, me di cuenta de que tal vez le guste, así que hoy en el parque se lo voy a decir. Llegamos al parque y nos sentamos en un banco a charlar.

—Hola, Helena.

—Tengo que decirte algo. —Decimos los dos a la vez.

—Empieza tú, Kai.

—Pues... que... me gustas.

—Eso mismo te iba a decir.

—Aunque aún no estoy preparado para esto, así que, de momento, solo amigos. ¿Te parece?

—Sin problema, Kai.

Nos damos un paseo por el parque y, pasado un rato, nos marchamos. Al llegar a casa, me tumbé en la cama y recibí una llamada de Raquel.

—Hola, Helena.

—Hola, Raquel. ¿Qué tal por París?

—Bien, fui a ver la Torre Eiffel y luego ya volví a casa.

—¿Es grande la casa?

—Ahora mismo lo compruebas tú. —Me enseña la casa.

—Es gigante. Ojalá ir allí.

—Para verano, te pago un vuelo a París y te vienes conmigo una semana.

—Okay, gracias. Buenas noches, chau.

—Buenas noches.

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