Una fiesta de despedida en Paris

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Cuando terminamos de desayunar, Kai y yo nos fuimos al museo del Louvre. Luego, fuimos a un restaurante a comer y después al centro comercial para mirar algo de ropa, ya que aquí en Francia hay muy buenas marcas. Fuimos a Gucci, y ahí me encontré a Raquel y sus amigas, cada una con dos bolsas de ropa de Gucci y Chanel.

—Hola, Helena. ¿Quieres que te dé algo de dinero para comprar algo?

—Vale, gracias.

—Toma, te doy cinco mil euros. Bueno, ¡chao!

Fuimos a Versace, donde Kai se compró una camiseta y unos zapatos, y yo fui a Prada a comprarme una camiseta. Cuando llegamos a casa, le di lo que sobró a Raquel y decidimos hacer un desfile en el salón por la noche.

—Empiezo yo.

—Vamos, Raquel.

Ella se puso un vestido negro que le llega por las rodillas y unos tacones a juego.

—Me encanta, Raquel. Venga, tu turno, Kai.

—Vale —dice en tono tímido—. Se pone la camiseta que se compró, que era blanca, con unos pantalones vaqueros y los zapatos.

—Guau, Kai, estás precioso.

—Gracias —se sonroja.

—Ahora, tu turno, Helena.

Me pongo la camiseta que compré, que era blanca y negra, y unas mallas negras y blancas que ya tenía, junto con mis zapatos blancos.

—Helena, me encanta tu look. ¿De dónde es?

—La camiseta es de Prada, los pantalones de Bershka y los zapatos de Pull and Bear.

Recogemos toda la ropa y la guardamos en los armarios. Nos fuimos a dormir, pero esta vez nos quedamos en la sala de juegos hasta que nos cansamos. Además, hay unos pufs allí. Nos quedamos dormidos y, al siguiente día, ya teníamos que empacar las cosas para irnos pasado mañana. Raquel nos despertó.

—Chicos, hoy, como es la última noche que estáis aquí, ¿por qué no hacemos una fiesta?

—Buena idea.

Fuimos a comprar las decoraciones y los vasos para la noche. Comimos y nos pusimos a preparar todo, y en los tiempos libres, Raquel escribía a sus amigas para que vinieran. La casa empezó a llenarse mucho; yo no conocía a nadie, así que estuve todo el rato con Kai. Antes de acostarnos, Kai y yo empacamos las maletas y luego nos fuimos a dormir.

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