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La jaula en la que se encontraban fue cubierta con una manta grande, no podían ver nada, apenas oían un murmullo por parte de Solomeo y los demás. Entre la sofocación y el estrés John, el único presidente al que lograron secuestrar, oyó algo sobre un dragón, aunque ya le habían explicado bien todo ese asunto, no paraba de hacer preguntas y decir todo tipo de estupideces sin sentido.

-Soy abogado, puedo refundirlos en la cárcel.

- ¿Cuál es tu nombre? -preguntó Abigail.

-John.

-Bien John deja de ser tan imbécil y cállate por tu bien y por el nuestro, ¿Estamos?

-Estamos -respondió.

-John, ellos no son de Uorlaw, vienen a asesinarnos no se van a detener porque tú los amenaces con enviarlos a prisión -dijo con paciencia.

- ¡¿Cómo carajo vamos a salir de aquí?!

-Si supiera ya estaríamos en otro lugar idiota.

-Solo digo

- ¡Silencio! Espera un momento.

Todo el ruido cesó, las conversaciones, el ambiente en general se sintió incómodo en un pequeño instante. El oxígeno por fin entró después de cerca de una hora, la cortina había sido retirada de la jaula, la primera imagen fue desesperanzadora, dos soldados llevaban arrastrado a un semiinconsciente Gareth.

-Miren lo que traemos.

- ¡Ay por Dios! -dijo Manfred.

-Dile al llorón que insulte a los abellacados.

-John insulta a los abellacados.

-Soy el presidente de una nación, ¿Cómo es que hay niños dándome órdenes?

-Cállate y hazlo.

-Como tú digas.

Cerca de ellos uno de sus vigilantes caminaba de un lado al otro, cómo John no era muy gordo pudo sacar el brazo entre los barrotes con facilidad; intentó golpearlo pero no pudo, en sus bolsillos tenía algunos caramelos.

-Yo quiero -dijo Jesse.

-Son para golpear al monstruo.

-Solo uno.

-¡Toma! Raro.

Puso los caramelos entre sus dedos, como jugando canicas, con gran puntería golpeó un par de veces su cabeza. El mago se volteó enfadado y John señaló a Jesse mientras este se comía un caramelo.

-Continúen con sus juegos y los cubrimos de nuevo -amenazó.

La amenaza no intimidó a ninguno de los enjaulados, ni siquiera a John, él le hacía muecas feas e infantiles para hacerlo enfadar más.

-¿Qué son esas muecas?

-Soy padre y pronto seré abuelo, es lo que hay.

John regresó a lo suyo, las muecas y lanzarle más caramelos al soldado.

-Saben que sí lo haré.

-Suenas patético -dijo John.

-Se lo ganaron.

Sobre la jaula lanzaron nuevamente el cobertor, inmediatamente todos se giraron hacia Abigail, si pidió eso debía tener un plan.

-Bien, ellos están por irse.

- ¿Cómo sabes eso?

-Por su horario, tendremos apenas un par de vigilas.

- ¿En esta situación respetan su horario?

El Sector Contrario (ESC #1) [HISTORIA COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora