El Sector Contrario (ESC #1) [HISTORIA COMPLETA]

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Antes de comenzar su último día de clases contempló un dibujo de un gato morado montando un elefante, ambos de espaldas caminando hacia el atardecer, al menos eso parecía, era el vigésimo tercer dibujo que encontró desde el día que se mudó a C.A. cuando encontró el primero sobre su cama, eran dos manos saludando y una nota dando la bienvenida a la casa, con una bonita letra decía: Bienvenido, nuevo ocupante de mi antigua habitación; aquí te dejo un regalo, espero que aquí te sientas tan bien cómo yo, también dejé algunos dibujos más, algunos más evidentes que otros, recordó divertido ver un papel colgando del ventilador en el techo de la habitación, ese era un poco más bonito, aunque todos compartían un dato en común, fueron pintados por una niña, Jesse no la recordaba bien, no la recordaba en lo absoluto de hecho, pero sentía cierta admiración hacia ella, la carta continuaba: no sé qué te depare el futuro, pero algo te puedo asegurar, este es un Maruja Mallo original, algún día te podría sacar de un apuro, sólo mira esa fecha.

El sello personal de la artista, todos tienen uno, el de ella era firmar con la fecha y su edad exacta, hasta con meses y días. El dibujo del gato tenía fecha del 12 de diciembre del año 2072, para ese entonces Maruja tenía siete años, tres meses y doce días, el del día que se mudó él y su familia a C.A. tenía de fecha exactamente un año y un mes después, el día que se fueran de N.A., al igual que con los otros veintidós dibujos, Jesse con mucho cuidado sacó una vieja caja de zapatos y lo metió junto con los demás, no los guardaba con la intención de salir de un aprieto, Maruja Mallo no era famosa, no aún, para ese entonces debía tener unos dieciséis años, pero sí quería guardarlos por si algún día se encontraba con ella o se convertía en una pintora famosa, sería genial ver su reacción al ver a su primer fan.

-Buenos días, baja a comer -dijo su madre y vio la caja de zapatos sobre la cama.

-Buenos días mamá, ya casi bajo -respondió y le enseñó el dibujo.

- ¿Otro dibujo?

-Sí.

-De no ser porque tenía siete años te aseguro que estaba bajo los efectos de una droga bien fuerte.

-Yo también, aunque está bonito.

-También el desayuno, vamos a comer.

Sobre la mesa estaba la corona de adviento, con una candela ya derretida, eso era sinónimo de alerta para su hermano Gerald y los amigos de él, les quedaban menos de dos meses para tener listos todos los detalles de El Valle de los Creadores, un evento anual organizado por ellos; por su parte Jesse lo entendía como una señal para buscar algo mejor que hacer justo ese día, aunque estaba seguro de no poder librarse, al igual que todos los años anteriores, aunque estaba seguro de no poder librarse de ninguna forma esta vez, cómo era en C.A. sus amigos también querrían ir, de la mayoría se podría librar, de Manfred no y él era el más interesado en esos asuntos, su hermano Gareth formaba parte desde ocho años atrás.

Por el momento le quedaba disfrutar de la presencia de los amigos de su hermano en su casa, no tanto porque fueran súper divertidísimos o tuvieran siempre historias interesantes para contar, que sí las tenía. Pero la verdadera razón por la que disfrutaba, era principalmente por el montón de cochinadas que ellos compraban para desayunar, donas, pastel, emparedados, capuchinos y un sinfín de cosas más. Él nunca había logrado entender por qué compraban tantas cosas, si apenas eran tres, cuatro con Gerald y si contaban a todos en casa eran siete y la comida era suficiente para un equipo de futbol con entrenador y todo; tampoco entendía como lograban esos cuatro mantenerse flacos por la forma en la que se alimentaban.

Cogió un plato para servirse postres de diferentes platos, igual que en un bufet. Una dona, un trozo de pastel de chocolate, sorbetos de fresa y helado de limón, todo acompañado por abundante jarabe de maple y una cerveza.