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Monserrat comprendió perfecto todo ese asunto de los monstruos, Áspid, los Policías Plateados, todo, de estos últimos ya sabía un poco desde antes, su madre se encargó de prepararla para cuando cumpliera los diecinueve años supiera escoger bien, convertirse en policía plateado es un derecho hereditario y tiene cientos de ventajas, pero no era obligatorio serlo, por supuesto para ellos sí lo fue.

Cuando la explicación llegaba a su final había un par de cosas por explicar que solo una bruja habría podido explicar, fue ahí cuando la cosa se le puso boca arriba a Jesse, él al buscar una forma de rechazar a Abigail lo único que pudo recordar la historia de Amanda, entonces la hizo suya, más o menos, Monserrat y Abigail conociéndose solo podía significar problemas para él.

-Hola, soy Abigail -dijo Abigail.

-Hola, soy Monserrat -contestó al saludo.

Es mejor decir aquí corrió que aquí murió, pensó Jesse, entonces abrió un hoyo viajero a cualquier lugar seguro y cercano, ¿Inseguro?, eso le valió a él, prefería enfrentarse a diez monstruos que a Abigail. Dio un paso hacia atrás y cayó de espaldas en algo suave.

- ¿Eres la hermana de Nia, verdad? -preguntó Abigail.

El hoyo se cerró y no dejó a Jesse oír la respuesta.

-Sé que me quieres pero aléjate, ¿Puedes?

-Discúlpame Adolfo.

- ¿Qué te trae por aquí? -preguntó Adolfo feliz.

-Huyo.

- ¿Abigail y?

-Monserrat.

- ¿Ella es?

-Mi novia.

-Fuiste muy estúpido al librarte de ella de esa forma.

-Lo sé.

-Ahora ve afuera y se un hombre.

Adolfo continuó en lo suyo, un viejo videojuego súper adictivo, le importó una mierda la presencia del amigo de su hijo, lo quería cómo hijo propio, y cómo era un buen padre, le dio un consejo, una palmada en la espalda y lo obligó a hacer la tarea difícil solo.

-No entiendo por qué me mintió así -dijo Abigail.

-Tal vez no encontró una mejor manera -propuso Monserrat.

-Pero

Encontró a Jesse con la mirada en el porche de la casa, tenía miedo, en serio, estaba por cagarse en sus pantalones. Los pasos firmes y decididos de Abigail le hicieron suponer que así sería su muerte, su novia iba detrás de ella tratando de ayudarle, por obvias razones no serviría de mucho. Adolfo puso en pausa el juego para ver fuera de su casa, solo para asegurarse de que nadie fuera a matar a nadie, y para asegurarse de que su jardín no fuera destruido. Vio a Abigail encañonar a Jesse, sin mala intención, simplemente quería asustarlo, Adolfo se acercó por si las moscas.

- ¿Por qué me mentiste?

-Porque yo

- ¿Tú qué? -gritó.

-Yo no sabía cómo rechazarte y no sonar grosero, entonces solo eso se me ocurrió -contestó mirando hacia al suelo.

-Claro, ¡Gran forma de no ser grosero! ¡Decirme que no te gustan las mujeres!

Excepto por Monserrat y Amanda, todos estallaron en risas al oír semejante acusación, Jesse Moore había fingido ser gay para librarse de una mujer. El señor seguía dentro de casa esperando el momento de intervenir, aún el amigo de su hijo seguía encañonado por una malévola bruja, eso no era suficiente motivo para intervenir según él.

-Yo no supe que decir y me recordé -en ese momento Amanda sintió más miedo que Jesse.

- ¿De qué te recordaste?

-Nada, lo siento, fui un idiota, espero que me perdones.

-Esta te la cobraré.

-Estamos listos vamos a hablar con los presidentes.

Gareth con gran tranquilidad se acercó a los protagonistas de semejante novelón, se dejó el arma en el bolsillo, les dio órdenes a ambos y se despidió de su padre con un amable gesto de manos, el señor respondió y regresó al videojuego, sobre él recaía ahora la vigilancia del terreno de esa gran casa.

Verónica les prohibió a todos usar magia, no con Dasde tan nuevo, no podían darse el lujo de recibir otro ataque, aun cuando eran tantos y tan bien entrenados la mayoría, eran gente muerta si lo hacían. Tuvieron que usar un automóvil para transportar a Adair y Cobhan, Gareth conduciendo, Samanta al lado y Abigail los mantenía a raya, a los cuatro. Los demás fueron en rueda, sobrevolando retrasados para controlar la situación.

Igual al primer viaje que realizaron, llevaban vigilancia sin que ellos los supieran, esa era la sensación de preocupación en todos, de manera inútil se preocuparon por ellos mismos, el objetivo ahora eran otras personas, los tripulantes del carro y quienes volaron en las ruedas de Adam llegaron intactos al Trasteador, los objetivos de la vigilancia llegaron también intactos aunque no al destino inicial.

El Sector Contrario (ESC #1) [HISTORIA COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora