嚣张
Xiao zhang
Unbridled
Sinopsis:
Lin Wuyu es el dios académico de su escuela secundaria: tranquilo, confiado y siempre capaz de obtener el primer lugar sin esfuerzo. Ding Ji hace alarde de su excelente memoria y se especializa en el arte de engañar...
"¿Esta sociedad oscura acaso nos quiere colocar una trampa?" dijo Lin Wuyu.
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Debido a que Liu Jinpeng vio los mensajes en su teléfono móvil, Ding Ji tuvo mucho cuidado esta vez de enviarle un mensaje a Lin Wuyu. Liu Jinpeng no era una persona muy observadora, pero aún así, pudo notarlo de una sola mirada. Así que las posibilidades de que los demás integrantes de su familia lo noten, son mayores.
Aunque Lin Wuyu realmente quería conversar con Ding Ji cuando estaba ocupado, pero en tan solo dos o tres días, Ding Ji se vio obligado a salir del armario dos veces, y ya no podía correr más riesgos. Estimaba que si Ding Ji lo hacía una tercera vez, terminaría colapsando en el acto.
Lin Wuyu miró el mensaje enviado por Ding Ji en su teléfono, son todas imágenes de cuando todos se estaban divirtiendo, y él no se atrevió a decir nada fuera de lo común.
Que sufrimiento.
Él suspiró.
—Es la cuarta vez —Lao Xiao se sentó a su lado y le entregó una botella de agua.
—¿Qué cuarta vez? —Lin Wuyu guardó su teléfono. Miró a la multitud a la distancia, las últimas tomas terminarán en un rato, por lo que llegará pronto la hora y podrá irse a casa con dinero.
—Suspirando —dijo Lao Xiao— Suspirando mientras miras tu teléfono, te ves tan miserable.
Lin Wuyu sonrió y no dijo nada.
—Demasiado miserable —dijo nuevamente Lao Xiao.
—¿No has terminado? —Lin Wuyu lo miró.
—¿Con quién has salido a divertirte estos días? —preguntó Lao Xiao: — No te ves como una persona que se preocupe de esa manera, al no haber ido a algunos lugares pintorescos durante las vacaciones. Es más como una frustración, de no poder salir a divertirte con alguien.
—Mi compañero de clases —dijo Lin Wuyu.
—¿Ese compañero de clases que se estaba quedado contigo en ese entonces? —Lao Xiao se rió: —no creo que sea tan simple.
Lin Wuyu solo sonrió, pero no habló.
Lao Xiao encendió un cigarrillo y dijo: —Todavía eres un niño, aún soy capaz de comprender esa clase de sentimiento.
—¿Tu has tenido? —preguntó Lin Wuyu.
—Tuve uno hace mucho tiempo. —dijo Lao Xiao —Estuvimos juntos y llegamos al punto en que no funcionó más, así que lo mejor fue acabar. En diez o veinte años más, la energía se agota y nosotros que estamos alrededor de los treinta, no tenemos el lujo de pensar demasiado.
Lin Wuyu lo miró y habló después de un rato: —Xiao-ge, quiero hacerte una pregunta. Si consideras que es inapropiado, solo finge que no pregunté.
