Te Odio [GalliRei]

2. Pesadilla

Desde ese día Reiner y Porco comenzaron con su nueva relación haciendo que en dos días se hiciera publica, cosa que no les molestó en absoluto. Los días pasaron y bastante rápidos para esta pareja de enamorados. Ellos dos compartían habitación, estaba claro que Porco no iba a dejar a Reiner solo al dormir ya que él no podía dormir tranquilo sabiendo que Reiner tenía pesadillas y no dormía bien.

Era otra noche normal como todas las que habían pasado por ahora pero lo malo era que Reiner volvía a tener pesadillas. Esto despertó a Porco. Reiner se levantó de golpe sin poder respirar correctamente, con lagrimas en los ojos y con una capa de sudor frio recorriendo su cuerpo.

—Reiner, ¿Estas bien? —Dijo Porco encendiendo la luz que había en la mesilla de noche.

—N-no.. —Dijo Reiner abrazando a Porco.

—¿Con que soñaste esta vez, mi vida? —Preguntó correspondiendo al abrazo.

—E-estaban Marcel y Bertholt y ellos me culpaban de sus muertes.. —Dijo mientras lloraba aun siendo abrazado por Porco.

—Reiner, eso no fue tu culpa, ya lo hablamos hace poco.

—P-porco, yo ya no quiero seguir asi..

—¿A que te refieres? —Preguntó Porco sin conseguir entender o sin querer entender separándose de aquel confortable abrazo.

—Ya no quiero sentir este dolor. Porco, n-no puedo soportarlo. Duele..

—Reiner, mi vida, escuchame. Hay una solución y esa no lo es. Juntos la encontraremos, te lo juro.

—¿C-como se que no morirás en la guerra? No quiero que me abandones, eres lo único que tengo..

—Te prometo no morir en Paradis, Reiner, y no te dejaré solo. —Dijo Porco recostando la cabeza de Reiner en su hombro.

—Gracias, Pokko.. —Dijo utilizando ese apodo que tanto le molesta pero a la vez le encanta a Porco.
Reiner, después de eso, se durmió rápidamente, recostando su cabeza en el hombro de Porco. Este solo acomodó a Reiner otra vez en la cama y lo tapó con la sabana.

—Mi amor, no estoy seguro de poder  cumplir la promesa pero si muero por favor, se feliz y olvidame. —Susurro Porco mirando a Reiner dormir plácidamente mientras peinaba sus cabellos con delicadeza. Luego, Porco apagó la lampara de la mesilla y se durmió mientras abrazaba a Reiner.

A Reiner y a Porco les quedaba un día para partir a Paradis. Porco se negaba a ir pero no tenia opción que salir a pelear y a proteger a los suyos. Absolutamente todo le recordaba a Marcel y no podía evitar sentirse débil por no poder haber ayudado a su hermano.
Volviendo al presente, son las 9 de la noche, todos los guerreros y comandantes/capitanes/instructores estaban dormidos ya que el siguiente día tendrían que ir a Paradis. Los únicos que estaban despiertos eran Porco y Reiner, los cuales estaban tumbados en la cama algo disgustados. Reiner abrazaba a Porco mientras que este lloraba porsoloo pensar en ir a Paradis.

—Shh Porco, tranquilo.. —Decía Reiner mientras lo abrazaba a la vez que le acariciaba la cabeza con cariño.

—¡N-no quiero ir! —Dijo mientras lloraba.

—Tenemos que ir.

—¡N-no! ¡S-si vamos m-moriremos! ¡Si no pude hacer nada para ayudar a Marcel esta claro que no podré salvarte a ti!

—Porco, nuestra obligación es ir para algo somos guerreros y por mí, no te preocupes. Estaré bien, bebé.

—S-si ser guerrero es perder a la p-persona que amo ¡No quiero s-serlo! —Gritó Porco.

—Amor..

—¡No! ¡R-reiner, no q-quiero perderte!

—Porco.. Yo tampoco, pero tenemos que ir. No hay elección, es lo que hay.

—¿¡P-por qué?! ¿¡Por qué?! ¡N-nos están utilizando como marionetas para su propio b-beneficio!

—No podemos hacer nada contra ellos y lo sabes..-Murmuró el rubio sin esperanzas.

—¡S-si podemos! ¡Tenemos el poder de los titanes, podríamos c-contra ello y ganarlos!

—Porco, no pongas las cosas más difíciles.. Hay que aceptarlo y ya.

—Pero Reiner..

—Por favor, déjalo así..

—R-reiner no me hagas ir a Paradis p-por favor.. —Dijo Porco mientras lloraba y se acurrucaba junto a Reiner.

—Pokko, lo siento.. Solo podemos esperar.

—¡¿Y-y si mañana no nos volvemos a ver?!

—Bebé, tranquilo no pasará nada, regresaremos juntos.

—Y-yo quiero quedarme contigo..

—Y yo mi amor.

—N-no te vayas, por favor..

—No lo hare.

-—¿L-lo juras? —Preguntó Porco inseguro.

—Si, te amo.

—Gracias y yo tambien te amo..

Después, Reiner y Porco quedaron dormidos rápidamente. Los dos abrazados y juntos. Ellos harían lo posible para salir vivos de allí. Ahora tenían un objetivo por el cual no morirían y lucharían hasta el fin de sus vidas. Este era cuidarse mutuamente y estar juntos para siempre.