5. Pueblo desconocido

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Ya habían pasado más de 5 horas

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Ya habían pasado más de 5 horas. Todos allí estaban cansados y aburridos por el viaje, algunos estaban mareados y otros ya habían hasta vomitado.

—¡Ya llegamos! —Grito el comandante Magath.

Todos salieron rápidamente de la nave y contemplaron aquel lugar.

—Comandante, ¿Donde se supone que estamos? —Preguntó Reiner extrañado.

—En las afueras de Paradis, Braun. —Respondió.

—¡¿Ah?! ¡¿Todavía no estamos en Paradis?! —Exclamó Porco.

—¡Galliard! ¡¿Cómo vamos a ir a Paradis sin ninguna estrategia?! ¡¿Eh?! ¡Sería un suicido! Dormiremos en unas habitaciónes que hemos conseguido.

Cuando entraron contemplaron la zona, no estaba tan mal. Tenía un comedor, una oficina y las habitaciones. Primero lo que hicieron fue comer. Al terminar, los comandantes le enseñaron a cada guerrero su habitación correspondiente donde se instalaron.
Más tarde, todos cenaron y se fueron a sus habitaciones a descansar. Porco y Reiner se despidieron de sus amigos y se fueron hacia su habitación.

Al llegar a la habitación, Reiner cerró rápidamente la puerta dejando a Porco algo perplejo. Después él empujó a Porco haciendo que cayera bruscamente en la cama.
Él solo se acercó a Porco y se apoyó en la cama estando sobre él, quedando enfrente suya.

—¿Te dije que cuando llegáramos a un sitio privado podrías hacer lo que quieras, verdad?

—Si.

—Pues deberías saber que significa ya eso.

El rubio empezó a lamer y morder el cuello de su novio dejando claras marcas.

—Reiner~

—Dime, bebé.

—Q-quiero que me hagas sentir bien~

—Lo haré amor, no te preocupes por eso. —Dijo pasando a deshacerse de la camiseta de Porco para ir directo a lamer y pellizcar sus botones rosados. Mientras tocaba estos, Reiner lamia su torso.

—¡Agh~!

Ahora fue directo a la boca de Porco besándola con salvajismo y desesperación.
De un movimiento rápido Porco termino encima de Reiner.

—Con que te gusta tener el control, eh bebé.. —Dijo con una sonrisa pícara.

—Ya sabes que si.

Porco empezó a morder el cuello de Reiner fuertemente, logrando sacar sangre de él. Amaba escuchar sus quejidos y jadeos.

—¡Ah! Con cuidado, amor.

Porco no lo escucho y solo siguió con lo suyo. Porco le quitó la camiseta a Reiner dejándolo solo con los pantalones puestos.

—No voy a perder el tiempo en tonterías-Dijo Porco desabrochando el pantalón de Reiner, pero antes de que pudiera hacer algo alguien llamó a la puerta.
Porco solo lanzó una maldición por lo bajo y fue a abrir la puerta.

Te Odio [GalliRei]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora