Te Odio [GalliRei]

7. No lo hagas

—¡PORCO! —Grito Reiner acercándose rápidamente a Porco. Él estaba tirado en el suelo, tenía varios cortes en su brazo izquierdo y en su muñeca los cuales sangraban a mares.

—P-porco, ¿C-como se te ocurre? —Dijo Pieck quedando perpleja al ver a Porco.

—¡Porco! ¡Despierta, por favor! —Pidió Reiner mientras agarraba a Porco y lloraba con miedo.

-—...

—Z-zeke, llama al comandante..—Dijo Pieck.

—V-voy.. —Dijo corriendo en busca del comandante Magath.

—P-porco, no me hagas esto por favor. Quédate conmigo, quédate conmigo.. —Murmuró Reiner.

—¿P..por qué ha pasado esto, Reiner?

—No lo sé, no lo sé.. es todo culpa mía..

Pasaron dos minutos y el comandante y Zeke aparecieron.

—¡Galliard! ¡¿Que paso?! ¡Traerme la caja de primeros auxilios y llamar a un médico, rápido! —Grito Magath acercándose a Porco.

—¡VOY! -Grito Pieck y salió.

—M-maldición..

—¡Aquí está todo y el médico! —Dijo Pieck apareciendo después de unos segundos con un médico.

—Dejen espacio.

El médico le revisó, curó y vendo sus heridas, para luego con ayuda de Reiner y los demás tumbrarlo en la cama para dejarle descansar.

—Por lo que he podido ver, su brazo contiene marcas anteriores por lo que esto no es nada nuevo para él. Parece ser que se ha estado autolesionando más días. Por favor, mantenerlo vigilado, todos empiezan así antes de suicidarse. Cuando volvamos a Marley que pase por un hospital para curar y mirar todo con gente más profesional.

—Vale, muchas gracias. —Dijo el comandante y el médico salió.

Reiner se acercó a su novio y agarró su mano con fuerza, tenía miedo.

—¿P-por qué no me dijiste nada? Eres tan cruel..

Pieck y Zeke solo observaron desde lejos con tristeza y se fueron a paso lento. Ellos tampoco sabían nada y no veían a Porco mal, así que nadie se dio cuenta de todo lo que sufría.

—R-reiner.. —Susurró Porco.

El recién llamado subió la cabeza, Galliard había despertado.

—¡P-porco! ¡¿Estás bien?! ¡M-me asustaste!

—N.. no llores, imbécil. Siempre has sido tan llorica y sensible. Estoy bien, ¿ves?

—N-no, eres un mentiroso. ¿Por qué no me dijiste nada? ¿Por qué te lo guardaste? M-me asustaste.. —Murmuró Reiner y siguió llorando.