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Felix despertó con alguien golpeando su puerta. Gimiendo, empujó las sábanas a un lado. Estaba acostado sobre algo duro. Recordando el marco, maldijo y lo volvió a colocar sobre la mesa. Ahí estaba de nuevo, los golpes insistentes. Bostezando, se arrastró fuera de la cama. Una mirada al reloj de pared frente a la cama le dijo que eran las siete de la tarde. No se dio cuenta de que durmió tanto tiempo.
Al llegar a la puerta, la abrió y parpadeó hacia Bambam. Algo se sintió mal sobre el ejecutor. Bambam miró de izquierda a derecha el corredor y lo empujó hacia atrás. Felix podía escuchar voces emocionadas. Se concentró un poco más y captó el sonido de los autos que llegaban.
No hizo falta un genio para adivinar que sus invitados estaban aquí. El ejecutor cerró rápidamente la puerta detrás de él.
—¿Qué está pasando? —Preguntó Felix, rascándose la cabeza.
—¿Por qué no estás vestido todavía?
—Mierda. Lo siento, me quedé dormido. Dame cinco minutos. Estaré listo. —Felix quería patear al ejecutor fuera de la habitación. No le gustaba la idea de Bambam esperando que se duchara y se vistiera para una reunión de la que no sabía nada.
—No hay tiempo. —Antes de que pudiera decir otra palabra, Bambam agarró su vieja mochila de la escuela secundaria del gancho detrás de la puerta. Bambam también cerró la puerta. El ejecutor luego sacó algo de ropa de su armario.
—E-espera. ¿Qué estás haciendo?
El ejecutor también barrió el teléfono celular y la billetera de Felix en la mochila, antes de empujarla a sus brazos.
—Bambam, no me moveré ni una pulgada hasta que me digas qué está pasando, —exigió.
Bambam se encontró con su mirada.
—No me gustas personalmente, Omega. Sin embargo, no te mereces esto.
—¿De qué estás hablando?
—Tu padre tiene la intención de regalarte a Kyuhyun Bang. Es el trato más cercano en su alianza.
Las palabras lo golpearon como una tonelada de ladrillos.
—No lo haría, —dijo al instante. —Minho podría no haber sido un gran padre pero-
Felix vaciló. Su padre lo culpó por la muerte de su madre. Ella murió dando a luz a Felix, por lo que habría sido mejor si viviera en lugar de él, según Minho.
Bambam le dio una sonrisa sombría.
—Deja de malgastar nuestro tiempo y mentirte a ti mismo. Bang ha estado buscando un Omega virgen durante mucho tiempo. No solo tiene la intención de mantenerte criando para sí mismo.
Tragó ante la implicación de esas palabras. Bambam continuó:
—Tiene la intención de compartirte hasta que estés embarazado. Necesita un sucesor desde que murió su joven hijo, el que debía ser el próximo Alfa.
