Las Zapatillas con suerte

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Joseph Anderson

Las luces en medio del escenario, la gente tornada de sonrisas y emociones, el aire frio pegando en cada esquina. Pero no estaba Akira, todos nos decidimos a buscar entre toda la multitud, sus padres estaban con gestos serios, marcando una preocupación. Estaba empezando a sobre pensar las cosas, me llego un mensaje.

Akira Yoshida

Tengo poca batería, y estoy en un lugar donde no llega mucho Internet, llame a Scott una 20 mil veces, estoy atrapada en el cuarto de bajo de las gradas de mármol, una especie de armario. JP pronto será mi Solo de Violín.

Joseph Anderson

Akira, tranquila vamos en camino.

-Señores Yoshida, Akira está atrapada en un armario en el hotel, iremos a buscarla, mientras podrían retrasar su solo con los jurados por favor.

-Claro que si Joseph nosotros nos encargamos de eso, pero ve a ayudar a mi hija.

En un cerrar de ojos los chicos y yo estábamos en un taxi camino al hotel, no era muy lejos a sí que llegamos rápido. Entramos al hotel y nuestras narices chocaron con un aroma a canela.

-¿Dónde dijo que estaba? Yo la verdad no vi sus llamadas, yo... es mi culpa.

-No lo es Scott, además no tenía internet, vamos es por acá.

Llegamos a la puerta debajo de las gradas, todos nos miramos un momento a los ojos, un tardío segundo con Mady. Toque la puerta fuerte con los nudillos aun fríos por el viento.

-Akira, ¿estás bien?, estamos aquí.

-Chicos, sáquenme de aquí, esta estúpida puerta no abre.

-Tranquila. - intente abrir, pero estaba atascada.

-No abre, -intente nuevamente, una y otra vez y los sollozos de Akira empezaban a notarse en aquel cuarto oscuro.

La vos baja de Madyson hizo que volteara mi vista hacia ella.

-Okey chicos no entren en pánico, sacare...

-Tu que entiendes de entrar en pánico, apuesto que estarás feliz de poder haber hecho tu solo perfecto y no estar encerrada en un tonto armario.

-Claro que no estas enterada, pero acabo de tener el mayor de los pánicos escénicos de mi vida. -vi como tomaba una tarjeta de crédito de un pequeño bolso. El cual introdujo a la cerradura y este abrió la puerta muy despacio.

-A sí que es mejor que te apures antes de que empieces a sentir que tu estomago se contrae, o sientas ganas de vomitar, o incluso un temblor por todo el cuerpo.

Akira salió un poco, pero miro directo a Mady con una mirada profunda, de esas que atraviesan, pero mi Mady la sostuvo hasta que como un relámpago Akira se esfumo.

Estuvimos en silencio un momento hasta que juntos empezamos a caminar hasta el Show, todos en silencio, con las luces titilando, y la calles se hacían solitarias. Trate de incorporarme al lado de Mady que venía un poco en frente con Oliva.

- ¿Sabes que lo hiciste bien no?

-Lo sé.

-Escucha Mady, ella siempre ha sido algo, bueno...

-Pesada.

- ¿Cómo sabias que abriría con la tarjeta de crédito?

-Joseph lo dices como si no hubieras visto una película antes.

-Digo, ¿que esas cosas no pasan solo en la TV?

-Y que, si fuera película o libro, ¿funciono cierto?

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