━XI: T'KAL.

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*☆¸● el amor con nosotros funciona de manera diferente

*☆¸● el amor con nosotros funciona de manera diferente

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1906 d.C: Sudán.

Khaleesi caminaba por los prados de Sudán, África. Hacía crecer árboles y generaba lluvias para que los ríos vacíos se llenarán. Tenía más que claro que ese lugar tenía que ser seco por la clase de animales que habitaban, pero un poco de sombra y agua siempre era bueno para una que otra especie.

Se sentó sobre una roca a comer un poco, pues estaba exhausta. Con el paso de los minutos, el sol comenzaba a molestarla, así que movió su mano e hizo que varias nubes aparecieran para generar sombra.

─Eso es impresionante.

Giró su cabeza alarmada por la voz desconocida, tirando su comida en el proceso. Detrás de ella se encontraba un hombre negro vestido con una bata blanca y negra con detalles dorados. En su cuello había varios collares hechos con piedras y uno de ellos simulaba ser una garra.

Se levantó de golpe y el hombre sonrió ante su reacción. Suspiró pesadamente al darse cuenta de que estaba siendo exagerada, pues tal vez solo estaba dando un paseo por el lugar, algo bastante común en las tribus que residían por los lugares.

─¿Quién es usted?─preguntó con voz tranquila. El hombre juntó sus manos detrás de su espalda.

─Mi nombre es T'Kal Udaku─respondió, dando varios pasos en dirección a Khaleesi─. Sé quién es usted─añadió al ver como la chica abría la boca para presentarse.

─¿Lo sabe? ─preguntó con una ceja alzada, adoptando su misma postura y poniendo ambas manos detrás de su espalda.

─Mi pueblo ha seguido por años la leyenda de los eternos─toda su seguridad se esfumó al escucharlo, ¿cómo sabían sobre ellos? ─. Seres míticos que han vivido milenios entre los humanos─Khaleesi frunció el ceño mientras veía como se acercaba. Parecía tranquilo, como si estuviera contando un cuento─. Dioses capaces de crear vida, cambiar la realidad y manipular mentes.

─¿Usted cree en esas leyendas?

─Claro, porque tengo a la poderosa Khaleesi frente a mi─varias hiedras venenosas comenzaron a crecer de la tierra inconscientemente, amenazando con atacarlo. T'Kal rió levemente, viéndome con una ceja alzada─. No hace falta que busque defenderse, únicamente quiero saber más sobre aquella a la que apodan "madre naturaleza".

Lo miró atentamente por unos segundos, buscando alguna pista que le dijera que era una amenaza. Finalmente, suspiró una vez que se dio cuenta de que el hombre solo estaba buscando respuestas.

─Es una larga historia.

─Tenemos tiempo─alegó─. Además, Wakanda también tiene una interesante historia que seguro le gustará escuchar.

─¿Wakanda? ─preguntó confusa, pues nunca había escuchado sobre ese lugar─. ¿Qué es eso?

─Sígueme y lo sabrás.

Comenzaron a caminar por el viejo prado; ambos iban en silencio. Khaleesi se preguntaba qué diablos estaba haciendo, ¿por qué seguía a una persona que no conocía hasta donde solo Arishem sabría donde? Pero su instinto le decía que era lo correcto.

El clima había vuelto a su temperatura normal, pues había perdido la concentración. La poca vegetación del paraje bailaba gracias a la pequeña ventisca que había.

─Y cuénteme, ¿es cierto lo que dicen de ustedes? ¿Vienen de otro planeta?

─El planeta Olimpia─respondió viéndolo brevemente─. He esperado siglos para volver, pero parece que aún no es hora.

─Supongo que extraña su hogar, debía ser un lugar maravilloso.

─En realidad no recuerdo mucho sobre él─T'Kal la miró con confusión. Khaleesi retiró con su mano unos mechones de pelo que caían sobre su rostro─. Hubo un accidente, si se le puede decir así, hace unos años─contó─. Perdí la memoria, y todo lo que sé sobre mi vida pasada es lo que me han contado.

─¿Cómo fue eso posible? ─preguntó con duda.

─Mahd Wy'ry─murmuró en respuesta. Esquivaron a una pequeña serpiente que iba pasando por sus pies─. Es una rara enfermedad que afecta solo a los eternos, a mi compañera Thena también le dio.

─Ahhh, la poderosa Thena─pronunció con devoción─. Mi pueblo ha escuchado grandes leyendas sobre ella.

─Ella es una gran guerrera─concordó, recordando los viejos tiempos en los que solía pelear junto a ella─. Todos lo éramos.

─¿Ya no están juntos?

─No─negó levemente mientras seguían caminando─. 1521 nos afectó a todos.

─Supongo que vivir tanto tiempo junto a alguien resulta agotador.

─Tal vez para ellos sí─respondió con un nudo en mi garganta. Deseaba que todos volvieran a estar juntos y que no fuera necesario verlos cada treinta años─. Pero para mí no.

─¿A qué se refiere?

─Creo que entre todos nunca encajamos bien─murmuró en voz baja─. Ajak, nuestra líder, decía que cada uno tenía su alma gemela. La de Thena era Gilgamesh y la de Sersi era Ikaris─comenzó a relatar, recordando una de las muchas charlas que Ajak les había dado. Nos sentamos en un viejo tronco de árbol; T' Kal escuchaba atento─. Ajak nos recordaba a diario que nuestra misión en la vida, aparte de cuidar a los humanos, era encontrar a nuestra persona especial, no importaba cuánto tiempo tardáramos.

─¿Y la encontró?

─Me pesa creer que lo hice y no lo recuerdo.

─¿Cómo sería eso posible?

─¿Alguna vez ha sentido que algo le falta?─preguntó viendo al avestruz que estaba frente a ellos─. Como cuando buscas una cosa que sientes que ya tienes, pero no puedes verlo.

─Algunas veces.

─Eso me pasa─dijo con una presión creciente en su pecho─. Durante años me contaron todo lo que había vivido: Guerras, amistades, peleas, discusiones, las veces que ayude a los humanos y toda la vida que he creado. Con el tiempo aprendí que esos recuerdos no volverían, pero había una sola cosa que no me cuadraba, y era como en cinco mil años nunca había encontrado a alguien especial.

─¿Cómo una pareja? ─preguntó y ella negó.

─No, el amor con nosotros funciona de manera diferente─siguió─. Es más una conexión espiritual.

─Suena mágico.

─Lo es─murmuré en respuesta.

Por su mente pasó la imagen de Druig, confundiéndola como siempre lo hacía ¿Por qué todo la llevaba a él? Intentó ver más allá de esa borrosa imagen, pero solo se topó con una pared negra

─Supongo que nunca lo recordaré.

Se quedaron en silencio por unos segundos. Un grupo de aves cruzó por encima de ellos, haciendo sonar su hermoso canto. Khaleesi regresó el clima a su estado natural para que no les afectara a los pequeños pájaros del lugar.

─¿Y si sí pudiera recuperarlos? ─soltó de repente T'Kal.

Khaleesi giró su rostro hacia él, confundida por lo que dijo.

─¿A qué se refiere?

─Creo que tengo algo que podría ayudarla.

KHALESSI || druigDonde viven las historias. Descúbrelo ahora