The Wedding Date (Harco)

Desastres Naturales

¿Te confieso algo? Tengo miedo, miedo de ti, miedo de mí, de la inmensurable pasión que sentimos y que no podemos controlar; tengo miedo, no por ti ni por mí, sino por el mundo que no está acostumbrado a este tipo de desastres naturales que podemos ser tú y yo juntos.

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Mientras veía el pecho de Harry subir y bajar a un ritmo pausado, escuchando la respiración lenta seguramente a consecuencia de estar teniendo un descanso lejano, casi que le da pena despertarlo. Como si Draco pudiera ver -antes que imaginar- qué el alma del americano estuviera a lustros viajando por otros mundos, no pudiendo soportar más la tentación, con el pulgar derecho tocó sus labios. Desde que lo había besado la primera vez en el despacho de su padre, quiso embriagarse día a día de ellos, que le marcaran cada punto de su piel, ser tan egoísta al punto de querer ser el único dueño de esa deliciosa sensación.

—Mhhm —gruño Harry medio dormido. El delicado tacto lo había despertado.

Abrió algo perezoso los ojos, no hacía mucho más de una hora que se había dormido, sin embargo estaba profundamente inmerso en sus sueños hasta ese instante. A pesar de no tener las gafas puestas, podía vislumbrar cómo la figura de Draco resaltaba entre la penumbra de la habitación únicamente iluminada por las luces de la calle que se colaban a través del ventanal.

Harry se medio incorporó apoyando los antebrazos en el colchón e intentó acercarse más a Draco.

—Draco... —musito somnoliento— ...¿Estás bien?
Desde ese ángulo su cerebro recibía la información que sus fosas nasales le enviaban, un fuerte olor a alcohol y cigarrillo mezclado con el perfume de Draco. En otros escenarios ese aroma lo hubiera repelido y hasta asqueado, pero con Draco todo era diferente, incluso ya podía sentir como entraba en un caldero de pura excitación ante la expectativa de adivinar lo que probablemente pasaría. Eso solo significaba que había pensado y luego aceptado la propuesta, también que a Draco no le importaba pagar para acostarse con él y ese último pensamiento no le agradaba.

Pensar en eso le provocó una sensación de angustia, a pesar de que había sido su idea y desde luego que lo hizo para no desmantelar sus verdaderas intenciones porque no era el momento adecuado, en algún punto llegó a pensar que Draco no aceptaría, que su forma de ser no coincidía con la de los que pagan por sexo. Y ahí estaba, a medio palmo de su cara y con toda la tensión sexual en el ambiente que solo indican una cosa clara "Draco quería follar con él".

—Shh —le indicó entre risitas— te... te espero en el bo-te de hip mi padre en.. 10 minute's si en 10 señor Servant. —estaba borrachisimo, aún en su estado no era tan tonto como para saber porque le proponía ir a otro lugar a hacerlo. Seguramente en la habitación sus padres podrían escuchar lo que ninguno de los dos sería capaz de contener.

—Espera Draco. —le tomó del brazo cuando estaba por levantarse de la cama—.
Si alguien pensaba que Harry en ese momento iba a dar marcha atrás, se había equivocado irrefutablemente. Si de algo estaba seguro esa madrugada, era que deseaba a Draco a pesar de todo pronóstico moral viajando por sus pensamientos.

—¿Dónde está el bote de tu padre?

—En... lo- los jardines. —Draco se soltó del agarre y se fue.

«¡Mierda! ¡mierda mierda!» Lo primero que hizo fue buscar las gafas, a toda prisa buscó el pantalón deportivo y una camiseta que usaba a veces para dormir. Salió de la habitación.

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Draco ya estaba dentro del bote, con plena conciencia de su ebriedad ya que todo le daba vueltas, pero con la lucidez de saber exactamente lo que quería. Entonces esperó al Servant sentado en la cama que tenía el bote.