Familia

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Que Theo haya cortado el discurso de su madre con tanta gracia y que después de eso, las risillas y las voces animadas de los invitados dieran el pie para que la fiesta comience, por el momento fue un alivio. Pero para Draco las peripecias recién comenzaban.

Seguía entretenido en los brazos de Harry, porque desde que el moreno había visto que el señor Nott apareció cerca de su terreno, se apoderó del cuerpo de Draco para darle tantos mimos como fuera posible y que el "ex" supiera que ahora Draco ahora era bien atendido –por él, obviamente– y aunque era innecesario hacer esa clase de escenas tan afectuosas, sobre todo cuando predomina el conservadurismo entre los presentes, ambos lo estaban disfrutando desde su perspectiva y a su manera. A pesar de los muchos pares de ojos reprobatorios.

Porque Harry lo hacía puramente por negocio, si, así era. Cualquier demostración que le proporcionaba a Draco era exclusivamente atado al contrato que tiene el Servant. O con ese pensamiento se quería autoconvencer de que las reacciones que tenía con Draco eran de índole profesional, aunque él sabía que esas caricias le nacían de una manera tan natural y espontánea que casi no necesitaba fingir que Draco le gustaba y también poco le importaba cómo le estaban mirando algunas viejas estiradas. Si Draco seguía correspondiendo así ante su tacto, estremeciéndose y suspirando cada vez que cambiaba la forma de la caricia, lo haría hasta que aquellas mujeres desearan ser Draco por un momento.

Entre esas caricias que las manos de Harry repartía por su espalda y, para disimular lo glorioso que se sentía aquello Draco buscaba estirando el cuello a  su hermana aparentemente desaparecida de su campo visual. Por nada del mundo quería separarse de ese hombre que lo estaba embriagando no solo con sus cariños, si no también con el aroma de su perfume importado que se acentuaba perfecto con el olor natural de su morena piel. No estaba ni un poco apurado en empezar a socializar, es más podría quedarse a vivir entre esas manos y que el mundo afuera ardiera.

«¡Qué desperdicio no poder acostarme con este hombre!»

Luna seguía sin querer hacer presencia, le extrañaba que no haya venido corriendo a saludarlo con ese ímpetu que la caracterizaba, tampoco veía a nadie preocupado por buscar a Luna, su futuro esposo también parecía no enterarse de que faltaba la persona más importante de la fiesta. Solo estaba su madre entre la gente charlando con su padrino y el esposo de éste, que resultaba ser el primo de Narcisa, el tío Sirius.

Mientras seguía repasando cada espacio por si veía la ondulada y larga cabellera de su hermana, Draco no se dió cuenta que Theo se les estaba acercando a ellos como lo hace una serpiente con su presa.

—Hola Draco. —la voz ácida de Theo le erizó la piel.

Se giró hacia su izquierda con malestar, ¿qué pretendía Theo al venir a saludarlo?

—Theodore —respondió con sequedad.

—No vas a… ¿presentarme? —intensificó a propósito el sarcasmo en la última palabra.

Antes de que Draco pudiera caer en las provocaciones de Theo, Harry se adelantó.

—Harry, Harry Potter. Pareja de Draco —el americano le tendió la mano que Nott aceptó sin vacilar.

—Theodore Nott, amigo de la familia.—respondió sonriendo de lado—. Que gusto verte bien Draco. —su mirada fue directo al rubio ignorando olímpicamente al Servant que cada vez se molestaba más ante las actitudes del ex de Draco.

—Bien —dijo en tono acerado— no puedo decir que para mí sea un gusto volver a verte a ti Theodore —y se dió el gusto de mirar despectivamente su cara.

The Wedding Date (Harco) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora